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domingo, 28 abril , 2024

Los vínculos traumáticos en «La casa de papel» y el «Síndrome de Estocolmo»

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El «Síndrome de Estocolmo» es un trastorno que se da en personas que pasan mucho tiempo cautivas. Es abordado de un modo singular en «La casa de papel», que se emite por Netflix. Expertos cuentan de qué se trata.

«La Casa de Papel» es una de las series con mayor éxito de todas las emitidas por la plataforma de entretenimientos Netflix en toda América Latina. Pero además es una tira que cuenta la historia del robo del siglo en España, que involucra a varias personas secuestradas por un grupo de ladrones en una fábrica de monedas o, como allí la llaman «La casa de papel».

En la serie, una de las historias que más llama la atención es aquella en la hay romance entre algunos rehenes y sus secuestradores, tal el caso de Mónica (Esther Acebo) y Denver (Jaime Lorente).

Este tipo de relación existe en la realidad cotidiana y se se basa en una reacción psicológica, más conocida como el «Síndrome de Estocolmo»; una vinculación traumática que una persona sometida a secuestro vive con su captor. En este
caso, la historia de amor entre uno de los rehenes con unos de los secuestradores.

Según la psicóloga Carmen Wurst, de la ONG Centro de Atención Psicosocial (CAPS), la relación dependiente que se da entre la víctima y el secuestrador puede ser defectiva (vale decir: por defensa) o también afectiva (por afecto).

Los síntomas que se manifiestan varían y generalmente tienen que ver con la tensión por sobrevivir en esas complicadas condiciones: estrés postraumático, flashbacks, desmayos, estados de shock y ansiedad.

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También, en personas que mantienen vínculos de terror se detienen por completo las funciones cognitivas y -en consecuencia- no están en condiciones de pensar debidamente. Así mismo, se sufre de alteraciones de memoria, confusiones y disociación.

La especialista atribuye estos síntomas a la hipersensibilidad de las amígdalas cerebrales.

“Estas se dilatan cuando, por ejemplo, una persona escucha un ruido fuerte y en su cerebro se produce un estímulo sensorial. Esto hace que sus estímulos sean más activos y se mantenga alerta”, aseguró Wurst.

Por otro lado, el especialista Hugo Lozada reafirma que es la amígdala cerebral la que se encarga de regular las emociones.

“Las mujeres la tienen más desarrolladas que los hombres”, indicó; mientras que luego agregó que el «Síndrome de Estocolmo» se manifiesta de diferentes maneras: una pasiva y una agresiva, y que no está comprobado que alguna de ellas sea provocada por la dilatación de la amígdala cerebral.

“Antes los inversionistas de Wall Street, cuando experimentaban este tipo de cansancio, tomaban Prozac, el conocido medicamento de la felicidad. Sin embargo, este solo puede ser recetado para personas que tienen un déficit de serotonina. En caso contrario se produce un desequilibrio. La persona podría experimentar reacciones peores que las de antes”, dijo Lozada.

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