Con un golazo de Cavani, el equipo de Diego Martínez se clasificó a la siguiente instancia y va a chocar con River.
Edinson Cavani, con el filo de su zurda implacable, fileteó la noche en dos y cortó los nudos de un partido que, como el clima, pintaba frío, húmedo, inclemente, fangoso. A esas alturas, bien caminado ya el primer tiempo, Boca estaba sexto cómodo y afuera de los cuartos de final, coqueteando con la crisis devoraciclos, complicado por sus propios problemas para armar juego para salir del cero, porque tener la pelota no significa saber usarla, algo que le viene pasando seguido por un ¿capricho? de poner a Pol Fernández con fórceps en un equipo que no lo necesitaba antes y mucho menos ahora.
Boca ya estaba en problemas ante un Godoy Cruz que jugaba sin despeinarse aún antes de la expulsión indefendible de Medina, que cada vez que lo condenan a la raya (otra consecuencia del ingreso de Pol) se sale de eje y así fue: disputó una pelota abajo estando amonestado, raspó a un rival y para afuera. Más allá de que pareció mucho la expulsión, el mediocampista solito se expuso con una jugada que es de manual.
Por cómo venía la cosa, el negocio parecía irse al vestuario con un 0-0 que le permitiera a Boca seguir en partido, para acomodar los melones y volver a empezar. Suele pasar que en esos momentos las pulsaciones se desbocan y por ir a buscar un gol en el arco contrario se sufre uno en el propio y ahí sí, andá a remontar. Por suerte para el equipo de Martínez, privó la calma. El Tomba tuvo una chance en un tiro de López Muñoz que tomó a Boca mal parado, pero enseguida el Gigoló acomodó la estantería, haciendo retroceder un poco a Merentiel y soltando a Advíncula para equilibrar el medio. Así, la diferencia numérica no se notó, también porque el equipo mendocino pecó de tibio, lo que hace pensar que todavía le faltan algunas materias que rendir para pelear en serio.
Y en un partido en el que literalmente no pasaba nada, o casi nada, el show lo armó Cavani y su jerarquía innegable. Para destacar, también, el pase largo de Advíncula, pero la prestancia del Matador para tomar la pelota al segundo pique con precisión quirúrgica merece un lugar en el manual de estilo del goleador.
El partido se rompió y nació otro, y en la delgada hoja de los resultados, la noche se hamacó al vaivén de las situaciones cambiantes que el mismo partido ofrecía, con un escenario que también se alteraba con los resultados de los otros partidos. Boca hizo méritos para estirar la ventaja, pero también Godoy Cruz hizo mucha fuerza por alcanzar el empate y eliminar a Boca, tan cual prometió Oldrá. No sucedió lo primero porque Cavani de cabeza y Zenón con un tiro cruzado no lo pudieron definir, y tampoco lo segundo porque Chiquito volvió a poner su jerarquía arriba de la mesa para sacarle el gol del buche a Arce con un manotazo (después Saracchi metió un gran cierre) y un mano a mano a Pino. El travesaño, después, le jugó a favor ante un misil de Cejas.
Boca aguantó con lo que le fue quedando. Tiene le mérito de haber ganado con 10 y de clasificarse, con esfuerzo, para levantar el pagaré de La Plata. El premio, además, viene con la yapa de enfrentar a River…
Cavani, sobre el Súper: «Se viene un lindo partido»
El Matador, que jugó un partidazo y marcó el 1-0 de la victoria de Boca, se metió de lleno en el choque contra River por los cuartos de final. «Este triunfo nos deja sensaciones buenas. Sabíamos que jugábamos contra un rival que estaba teniendo continuidad y era una buena prueba para nosotros, para ver si estábamos para pelear algo», comentó Cavani. Además, agregó: «Fue una buena prueba para el lindo partido que se viene».
