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viernes, 3 mayo , 2024

Cómo Keith Richards está pasando la cuarentena: «Tenemos temas que estamos armando lentamente»

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Cuando explotó la pandemia en marzo, Keith Richards llamó a Mick Jagger con una idea: los Stones debían apurar el lanzamiento de «Living in a Ghost Town», una canción funky que habían grabado hacía poco tiempo para su primer disco de canciones nuevas desde 2005. «Le dije: ‘Ey, man, si hay un momento para sacarlo, es ahora'», recuerda el guitarrista. Jagger estuvo de acuerdo, y escribió una letra nueva; el video ya tiene alrededor de 10 millones de visitas en YouTube.

La música nueva es una de las maneras que tiene Richards para mantenerse ocupado en su casa de Connecticut. «Estamos acá apoltronados, viendo cómo crece el jardín», dice. Ultimamente, pasó mucho tiempo revisitando Goats Head Soup, el sucesor de 1973 de Exile on Main Street, que acaban de relanzar con un box set gigante. Después de la gira de Exile, el grupo se reunió en Kingston, Jamaica, para grabar un conjunto de canciones con un groove oscuro, que no se parecían a nada que hubieran hecho antes. A los críticos de la época no les gustó y los Stones rápidamente dejaron de tocar en vivo muchos de sus temas. Pero Richards cambió de opinión tras armar la edición de homenaje, que incluye 10 bonus tracks, desde zapadas en el estudio hasta canciones inéditas como «Scarlet», con Jimmy Page. «Siento que hicimos un gran trabajo», dice.
En esta entrevista, Richards habla de la vida en cuarentena, recuerda la época de Goats Head Soup y comparte sus expectativas sobre cómo van a festejar el 60 aniversario de los Stones en 2022.

¿Cómo estás pasando el tiempo en casa?
Me siento afortunado de tener tanto espacio para salir. Además, man, logré terminar «Ghost Town». Estoy tratando de entender qué hacer con estos temas que grabamos antes de la pandemia y si podemos hacer alguna otra cosa.

«Living in a Ghost Town» fue una canción perfecta para el momento.
Sí, el timing fue perfecto. Mick y yo la teníamos lista, pero no sabíamos qué hacer con lo que estaba pasando… Hablé con Mick en marzo. Le dije: ‘Ey, man, si hay un momento para sacarla, es ahora’. [Risas].

En YouTube hay un tipo que enseña tus riffs. Dio una lección sobre «Living in a Ghost Town» y estaba hablando de lo diferentes que son los acordes para ustedes, especialmente en el puente. Es genial ver que ustedes siguen evolucionando.
Sí, es un tema interesante. Si das vuelta en auto y no ves a nadie en la calle, la conexión es rápida: «Ey, es un ‘Pueblo fantasma’, ¡tenemos que publicarla!».

¿Cómo suenan las otras canciones en las que están trabajando?
No sé, es difícil describir la música. Creo que tenemos cinco, seis o siete temas que estamos armando lentamente. Y ahora, mientras hablamos, si esto sigue así, quizás debamos pensar en sacarla de algún modo.

¿Extrañás tocar en vivo?
Bueno, sí. Porque en esta época se suponía que íbamos a estar de gira. Así que tengo la sensación de desempleo repentino. Algo que sin dudas millones de personas deben estar sintiendo. Pero aparte de eso, creo que todos creemos que las cosas van a mejorar el año que viene. Si no, nadie va a poder tocar nunca más para nadie, ¿será así?

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Disfruté mucho la última gira [en 2019], fue un gran viaje. En marzo, cuando dijimos: «Oh, oh, esto no se ve bien», fue una gran desilusión. Y una semana después empezaron a decir: «Hay que cancelar los primeros shows». Yo dije: «Tengo la sensación de que esto es muy grande para nosotros». Es demasiado grande para cualquiera.

¿Qué esperas que resulte de todo esto?
Espero, como todo el mundo, que aparezca una buena vacuna rápido. Y no estaría mal un cambio de régimen. [Risas]. Dejémoslo así, man.

Estuve en recitales tuyos en los que la gente se preguntaba: «¿Por qué siguen? Tienen todo lo que se puede desear». ¿Qué te da tocar en vivo?
No sé, quizás sea una adicción. Es lo que hacemos. Además, hay una cosa entre nosotros, como si dijéramos: «¿Quién va a ser el primero en bajarse?». Tienen que tirarte. Es así. Si no, yo no me imagino haciendo ninguna otra cosa. No es algo de lo que uno se retire.

Y la adrenalina, el amor que ustedes sienten ahí debe ser algo fuerte.
Sí, espero que todo el mundo pueda volver a reunirse el año que viene, ¡sin barbijos! Espero que no las necesitemos. Si es necesario, yo el mío no me lo saco ni para dormir.

¿Usas mucho el barbijo?
Sí, cada vez que salgo, que no es mucho. Quizás salimos a pasear y buscar un café. Y sí, soy el hombre enmascarado. Es lo que hay que hacer. No me importa cómo se vea, no me importa nada. Es ridículo. Es el maldito Alicia en el País de las Maravillas.

Quiero preguntarte por Goats Head Soup.
Oh, sí. Es raro escuchar algo que uno no escuchó entero en mucho tiempo. Es un disco muy interesante. Me acuerdo, por supuesto, cuando lo grabamos en Jamaica. Eso lo volvió muy memorable, especialmente en ese año, que era el ’73. El año que Marley y los Wailers sacaron Catch a Fire. El año que salió la banda de sonido de The Harder They Come. Me acuerdo de estar en Jamaica. Había algo en el aire, la sensación de que Jamaica iba a dejar su marca en el mapa. Era una sensación muy linda.

The Harder They Come introdujo a mucha gente en el reggae por primera vez. Es una muy buena puerta de entrada.
Exactamente, es una introducción muy buena. Eso era lo que uno sentía en el aire en Jamaica. Al menos eso me pasó a mí, que me quedé ahí. Después de las sesiones, volví y me quedé meses ahí. Fue entonces que conocí a los tipos que aparecen en los Wingless Angels [en 1997]. Se transformó en mi segundo hogar. Pero en esa época, cuando lo grabábamos, estábamos muy metidos en las sesiones. Trabajábamos como maníacos. De medianoche hasta las diez de la mañana. Mientras lo hacíamos, no teníamos mucho tiempo para tener contacto con todo lo que pasaba en Jamaica. Fue después de terminar, cuando me mudé a Ocho Ríos, que de repente me di cuenta de que los jamaiquinos tenían algo.

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¿Y la idea inicial de ir a Jamaica? Hay historias que cuentan que vos no podías entrar a muchos otros países. ¿Es verdad o es leyenda?
Sí, básicamente. Era uno de los pocos lugares que nos dejaba entrar. Porque ahí fue cuando explotó todo lo de Exile. Cuando grabamos Exile, nos fuimos de Inglaterra. Nos mudamos a mi sótano [en Nellcôte, Francia] y seguimos. Seguíamos muy pegados el uno al otro. Pero cuando grabamos Goats Head, ya habían pasado un par de años. Mick se había casado con Bianca, y… en otras palabras, éramos exiliados. Charlie vivía en Francia. Estábamos por todos lados. Mick y yo tuvimos que aprender a componer separados, sin necesidad de estar en habitaciones contiguas en un hotel. Ese fue el primer intento de componer a la distancia, por decirlo de algún modo.

¿Y cómo cambió eso la calidad de las canciones?
Bueno, decime vos. Yo siento que hicimos un gran trabajo. Al escuchar el disco ahora, por ejemplo «Dancing with Mr. D», es un tema muy funky. Y «Heartbreaker», me acuerdo que estaba Billy Preston y también Nicky Hopkins, y por supuesto Ian Stewart. Había una cosa funk, de lo que no me había dado cuenta hasta que lo escuché de nuevo hace poco.

Es un sonido realmente muy cool, entre «Can You Hear the Music» y «Heartbreaker». Estaban moviéndose en distintas direcciones.
Sí. Era el 73, y uno es lo que escucha y se infiltraba mucha música funk. Como músico, uno no vive en un vacío. Charlie Watts estaba fascinado con los ritmos del funk, y en realidad siempre lo estuvo, desde James Brown. Fue una progresión natural que hiciéramos eso.

Antes vos y Mick fueron a Suiza a componer, donde vos compusiste «Angie».
Sí, me acuerdo que compuse «Angie» en un baño en Suiza. En esa época, Mick estaba del otro lado del mundo. Así que nos reunimos un par de semanas antes de ir a Jamaica para armar canciones coherentes con los fragmentos que habíamos compuesto por separado. Mick tenía «Silver Train» y «Starfucker», y yo estaba trabajando en las demás. Era un modo de trabajo distinto para nosotros: «Hey, tengo esta parte y necesito un puente». «Oh, ¡yo tengo un puente que podría andar bien con eso!». Lo íbamos armando así.

¿Te diste cuenta de inmediato que «Angie» era especial?
No me acuerdo cómo fue la decisión detrás de «Angie». Me puso muy feliz, porque llevó a los Stones al mercado de los singles de esa época. Nos dio otro sabor, otro lugar. De algún modo, me recordó a cuando sacamos «Little Red Rooster» [en 1964], que fue una sorpresa. Como digo, después de tantos años, no me acuerdo cómo fue que «Angie» se volvió el single.

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¿Te acordas de cómo inventaste la canción?
Sí, fue de puro aburrimiento. Hacía poco había nacido mi hija Angie. Y lo raro es que en esa época no le decíamos Angie, porque ese fue un nombre que le pusieron unas monjas católicas, porque ella nació en un hospital católico. «Tienen que elegir de esta lista de nombres». Anita le decía «Diente de León», cosas así, típicas de esa época. Pero, extrañamente, Angie me quedó grabado. Y después ese fue el nombre que eligió ella misma.

Dylan hace poco dijo que «Angie» era uno de sus temas preferidos de los Stones.
¿En serio? No sabía. Que Dios bendiga al viejo Bob. Su último disco me encanta, man. En Rough & Rowdy Ways hizo un trabajo maravilloso.

Cuando escuché el disco, especialmente «Goodbye Jimmy Reed», pensé en vos.
Sí, man, que Dios lo bendiga.

Volviendo a Goats Head Soup: la grabación de «Heartbreaker» es maravillosa, especialmente cómo las guitarras suenan como si le saltaran al oyente.
Sí, man, un gran riff. Me alegra mucho haber hecho ese. Creo que yo tenía el riff en la cabeza y lo metimos en el estudio con Billy Preston y Charlie. Muchos temas no los habíamos trabajado ni pensado mucho antes de entrar ahí. Algunos quizás tienen apenas una hora de vida.

¿Te acordás de cómo compusiste «Coming Down Again»?
[Risas]. Digamos que esa se explica sola.

¿Y «Scarlet», el tema con Jimmy Page?
Oh, es muy difícil acordarme de esa. Jimmy aparece en varias sesiones a lo largo de los años. Y con «Scarlet» mi recuerdo es que quizás entramos a la sesión justo cuando Led Zeppelin terminaba una… o al menos Jimmy y Rick Grech. Creo que nuestra sesión era justo después de la de ellos y se quedaron. [Risas].

Hay una vieja frase en la que vos, recordando los setenta, dijiste que los Stones tenían demasiada gente tocando en los discos, lo cual comprometía el sonido. ¿Cambió tu opinión al respecto?
Quizás yo haya dicho eso. Quizás estaba enojado por algún tema. Pero nah, no me gustaría decir eso sobre ningún disco, especialmente este, porque los sesionistas, que son pocos, son, además, los mejores del mundo.

Mick dijo que está trabajando en un documental. ¿Los Stones también?
No estoy seguro. Había algo en proceso antes de la pandemia. Si le sacás el «dem» a «pandemic», ¡te queda «panic»! [pánico].
El 60° aniversario de los Stones será en 2022. ¿Planean festejarlo?
Ojalá que sí. Y espero que sea con la mayor cantidad de gente posible. Seamos optimistas, hay que serlo.

Cuando ustedes vuelvan a un escenario, va a ser un momento muy especial.
Espero que estemos todos ahí, man. Tengo muchas ganas de que así sea.

Fuente: La Nación

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