Mientras OSEF atraviesa una crisis sin precedentes, el vocal Franco Tomasevich consiguió que su pareja, la peluquera Julieta García, sea nombrada responsable de las compras médicas, con un sueldo cercano a los 4 millones de pesos.
La Obra Social del Estado Fueguino (OSEF) enfrenta una situación crítica: prestaciones demoradas, medicamentos que no llegan, tratamientos sin aprobación y una deuda creciente que pone en jaque su sostenibilidad. En este contexto, salió a la luz un hecho que generó fuerte indignación: Julieta García, pareja del vocal por los activos Franco Tomasevich, fue designada como Coordinadora Administrativa con un salario bruto mensual de $3.860.000.
Aunque el nombramiento se concretó el año pasado, la información se conoció ahora junto con un dato clave: fue el propio Tomasevich quien, mediante un correo electrónico dirigido a la presidenta de OSEF, solicitó formalmente el cargo para su pareja. La revelación generó malestar entre afiliados y trabajadores, que ven en este caso un ejemplo concreto del uso político y personal de la estructura interna de la obra social.
El puesto que ocupa Julieta García es clave: desde allí se definen las compras de medicamentos e insumos médicos, uno de los puntos más criticados por los afiliados, quienes con frecuencia denuncian faltantes, trabas burocráticas e ineficiencia. Por eso, la decisión de ubicar allí a una persona sin formación en el área, y que además es pareja de uno de los directivos, desató una ola de suspicacias.
Lejos de tratarse de una designación aislada, el caso de Julieta García expone una dinámica de poder que se ha ido consolidando dentro de OSEF. Con respaldo del gremio docente SUTEF, Tomasevich no solo logró posicionarse como una figura central en el manejo administrativo y financiero de la obra social, sino que además ha fortalecido su control interno en un año clave, con elecciones de autoridades en el horizonte.
El temor a perder influencia frente al creciente rechazo hacia la gestión actual parece ser uno de los factores que explican la resistencia a los proyectos legislativos que buscan ampliar la representación de los trabajadores en el directorio. Tanto Tomasevich como el vocal por los pasivos, José María Martín, se oponen activamente a esa reforma, ya que la apertura del directorio a nuevas voces implicaría ceder espacios de decisión hoy concentrados en un grupo reducido, y debilitaría la capacidad del sindicato para seguir definiendo nombramientos clave dentro de la obra social, como ocurrió con García.
“Hoy en día Tomasevich dice abiertamente que es él quien manda, y los demás acatan”, relató un empleado que pidió reserva de identidad.
El malestar por la situación también se hizo visible en la Legislatura. Allí se planteó abiertamente que en las reuniones de comisión “todos los gremios y los mismos empleados” manifestaron que hay una mala gestión y administración en la OSEF, y que el problema no se limita a la falta de recursos.
En este escenario, el nombramiento de la peluquera Julieta García, pareja del vocal Tomasevich, no solo representa un claro caso de privilegio personal, sino que confirma el uso discrecional de cargos para beneficio propio. Lejos de ocuparse de la crisis que afecta a miles de afiliados, los vocales electos de OSEF parecen más interesados en repartirse el poder y el acceso a recursos económicos que en garantizar el funcionamiento básico de la obra social.
