Le reprocha a Macri no controlar a sus legisladores. En el PRO dicen que cumplieron con lo acordado para el Senado. El rechazo al DNU de la SIDE no fue digerido por la Rosada.
En la Argentina de Milei las buenas noticias no están destinadas a los sectores más desprotegidos de la sociedad. Aferrado como un náufrago al mástil del equilibrio fiscal, el Presidente decidió pagar el costo que significa ajustar aún más a jubilados y pensionados al anunciar, para sorpresa de propios y extraños, el veto total de la ley que modifica el cálculo de las movilidad jubilatoria. Sin duda, la única buena noticia para trabajadores pasivos en estos ocho meses de gestión libertaria está más cerca de ser letra muerta que un beneficio real y concreto. Milei, enfurecido por la sanción de la ley, no sólo modificó su primera decisión de ir con un veto parcial, sino que utilizó toda la mañana para salir a confrontar sin piedad con toda la oposición, incluido el PRO, a los que calificó de «irresponsables», que pretendían «romper el gobierno» al intentar «romper el déficit fiscal». Es más, no ocultó la molestia que le generó la actitud de los senadores del PRO y eso provocó que el Presidente dijera que «(Macri) no controla su tropa». La crisis generada por la sanción de la ley fue aprovechada también por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para cobrarle al expresidente y enemigo íntimo del PRO: «Usa a los senadores como carne de cañón y atentan contra el plan económico del gobierno que dicen apoyar. Estás de un lado o del otro. Basta de especular», afirmó. Mientras tanto, Milei se pasó la mañana haciendo cuentas en el aire y llegó a decir que «esta jodita populista» implica «subir la deuda producto en 62 puntos del PBI». Todas frases ardientes que hasta ahora afianzó la idea en los bloques opositores de insistir con la ley una vez que el Presidente haga realidad el veto a una norma con beneficio social.
La ley en cuestión establece una recomposición del 8,1 por ciento para este año en los haberes jubilatorios, contempla la fórmula de movilidad por inflación y dispone un aumento del 50 por ciento adicional en marzo de cada año por el índice de variación salarial. Todo esto es lo que Milei piensa aplastar con el recurso del veto.
«Voy a dar un veto total. Hay una cuestión de datos y de los sucio que es la política, si miras las jubilaciones le han ganado a la inflación 5 por ciento por encima de las que eran cuando asumimos. Los jubilados hoy están mejor que lo que estaban cuando Alberto Fernández se fue. No significa que estén bien, están mejor», dijo el Presidente en una de las entrevistas que brindó durante la mañana. Sus dichos fueron parte del operativo de prensa que se armó para que salieran funcionarios a hacer declaraciones contra la ley en los medios de comunicación y en las redes sociales.
El cambio de Milei
Pero algo había cambiado entre la noche del jueves y la mañana del viernes que descolocó, incluso, a Mauricio Macri. Cuando los senadores aprobaron la ley de movilidad jubilatoria en la residencia de Olivos había una reunión donde además de Milei, participaba el ministro de Economía, Luis Caputo y el de Desregulación, Federico Sturzenegger, el diputado José Luis Espert, entre otros. Desde allí salió el anticipo de que el Presidente iba a hacer un anuncio sobre la sesión.
En el PRO, por caso, la advertencia con foto incluida como si se tratara de un grupo exclusivo de varones festejando algún aniversario en un quincho, no generó preocupación. Y era que consideraban que la cena del miércoles entre Macri y Milei se había acordado que los senadores del PRO votaran en general la ley, que votaran en contra tres artículos de la norma que, a la sazón, serían los que Milei terminaría vetando. Lo cierto es que tanto Milei como Macri sabían que la ley se sancionaba pero que el veto parcial la iba a dejar inofensiva.
Se trataba del artículo dos, el que implementa un aumento adicional todos los meses de marzo que se traducía en un incremento del 50 por ciento de la variación de RIPTE por sobre la variación del Indice del Precio al Consumidor (IPC). El otro artículo que tenía el gobierno en la mira del veto era el cuarto y que obligaba al Estado a pagar un «suplemento dinerario» de carácter alimentario y que estaba destinado para aquellos que tenían un solo beneficio previsional. Por último, estaba el artículo 10 que instruía a la Anses a saldar las deudas que se mantenían con las provincias y también con aquellos beneficiarios del SIPA que habían accionado contaban con sentencia firme.
Por caso, estos tres artículos habían sido votados en contra por libertarios y macristas durante la votación en particular. Así se había acordado, reconocen en el bloque del PRO que todavía no superan el estupor por el ataque recibido desde la Rosada. Vale aclarar que también acumulan molestia con su jefe político, el expresidente Macri.
Macri, que no acostumbra levantarse temprano, hizo publicar un mensaje en su cuenta de la red X a las 8 de la mañana, donde dijo que «la mayoría de los senadores que ahora expresan su preocupación por los ingresos de los jubilados son los mismos que se opusieron con vehemencia al cierre y venta de empresas del Estado deficitarias y llenas de corrupción». Luego dijo que eran los mismo que aprobaron «la apertura indiscriminada de universidades públicas, fuente de despilfarro, y fachadas para el clientelismo y una corrupción fenomenal» y los acusó de ser los responsables de aprobar «el deficit que empobreció a los argentinos». Por último indicó que «por el bienestar de nuestros jubilados y los nietos de los jubilados, apoyo el veto del presidente Milei».
El encargado de publicar el tuit de Macri no estaba tampoco al tanto del cambio de posición de Milei, que poco después salía hablando por La Nación + y luego por Radio Rivadavia, desde donde distribuiría acusaciones e insultos para todos por igual. Haciendo responsables de este golpe al gobierno tanto al peronismo como los aliados y opositores dialoguistas.
El cambio de postura, que sorprendió a los macristas, está íntimamente relacionado a la golpiza política que había sufrido Milei esta semana. Una serie de derrotas donde el propio Macri tiene una cuota parte de responsabilidad, al menos para la Casa Rosada. Se trata del rechazo al DNU que le otorga 100 mil millones de pesos en gastos reservados a la SIDE y también la designación del senador radical Martín Lousteau como presidente de la estratégica comisión bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia.
Sobre el rechazo al DNU, Milei dijo no compartir la decisión de Macri y sus legisladores. El PRO, para justificar su posición dijo que otorgar esa importante suma dinero, sin control, en un contexto donde «no hay plata» no representaba el cambio que se dice que se vino a producir.
Milei quedó, como se dice habitualmente, con la sangre en el ojo. La sanción de la movilidad jubilatoria colmó el vaso y el Presidente reaccionó. En las entrevistas, aprovechó y lo chicaneó al sostener que “o Macri no maneja la tropa o la tropa no entiende el daño que están haciendo”.
Bullrich, que no pierde oportunidad, se sumó y a través de su cuenta en X le dijo al expresidente: «Uno está a favor o en contra del cambio. Está mal mandar a los senadores del PRO a votar a favor de un proyecto fiscalmente irresponsable y después públicamente salir a decir que estás en contra».
El rosario de quejas
Más allá de las críticas lanzadas al principal aliado de La Libertad Avanza, el Presidente buscó comunicar que todo fue una maniobra en contra de su gobierno: «La ‘jodita’ populista de anoche (por el jueves) le cuesta a los argentinos 370 mil millones de dólares», dijo para empezar. Luego afirmó que la sanción de la ley «implica una violación de ley de administración financiera del Estado» y recordó que «Néstor y Cristina Kirchner, incluso a Miguel Ángel Pichetto como jefe de bloque, vetaron el 82 por ciento móvil para las jubilaciones en 2010».
Fue el propio Pichetto el que le respondió sobre esa referencia. Primero dijo que no eran ejemplos comparables porque «en esos años los haberes estaban en asenso y el impacto del 82 por ciento móvil iba a generar un caos en sistema previsional». Es más, el diputado le pidió al Presidente que reflexione sobre el veto porque –afirmó– «este aumento es responsable y acotado».
Lo que parece no tener en cuenta Milei es que su violento ataque está generando una especie de reacción que puede transformase, luego del veto, en insistir con la ley en ambas Cámaras.
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