El IPC de diciembre marcó una suba de 0.3% en medio de las presiones del FMI para levantar el cepo y los cruces entre Caputo y Bausili por el uso de Bopreales para el pago de dividendos.
La inflación mostró una suba de 0,3% en diciembre y agravó las crecientes diferencias que cruzan al equipo económico, ante un programa que cruje por la falta de reservas y los reclamos del FMI para que se libere el cepo y se unifique el tipo de cambio.
El nivel general del Indice de Precios al Consumidor (IPC) registró un alza mensual de 2,7% en diciembre de 2024, y acumuló en el año una variación de 117,8%.
El repunte de la inflación barrió con el optimismo del Gobierno que esperaba que se ubique bastante por debajo del 2,5% que llevó días atrás a Milei a fijar como meta para bajar la tasa de devaluación mensual (crawling peg) del 2% al 1%. «Se pasó con el optimismo», admitieron a LPO fuentes libertarias.
Por eso, sobre el filo del informe del Indec, desde el gobierno debieron mandar a los periodistas amigos a decir que la inflación sería menor al 3%. Incluso tergiversaron las palabras del propio presidente al decir que el crawling peg se bajaría si el IPC de diciembre daba menos del 3% y no del 2,5%. En línea con ese cambio de relato, Milei se olvidó de su propia meta y de todas maneras anunció la baja del crawl, lo que agrava el atraso cambiario.
La suba de la inflación de la Ciudad al 3,3% había sido el primer indicio de que el IPC daría más alto que el mes anterior. El mercado también lo suponía y ese fue uno de los motivos por los que este lunes Argentina fue la más afectada por la caída de los mercados en el mundo.
«La suba de inflación de la ciudad dejó poco margen a Marco Lavagna para seguir dibujando el IPC», dijo a LPO un experimentado operador financiero. Pero más allá de las supicacias sobre los índices que entrega el titular del Indec, lo cierto es que empiezan a verse fisuras en el equipo económico, hasta ahora blindado a las internas.
La suba de la infalción de la Ciudad al 3,3% había sido el primer indicio de que el IPC daría más alto que el mes anterior. El mercado también lo suponía y ese fue uno d elos motivos por los que este lunes Argentina fue la más afectada por la caída de los mercados en el mundo.
Luis «Toto» Caputo atraviesa horas de tensión con su amigo y socio, el titular del Banco Central, Santiago Bausili. El ministro quiere pagar los dividendos atrasados -unos USD 8.000 millones- con los Bopreal, los bonos que inventó para pagarle a importadores.
El problema es que las empresas no quieren quedar inscriptas en el padrón legal que se cruza con la IRS, el agente recaudador norteamericano, con el cual la Argentina tiene un convenio de intercambio de información que firmó el ex titular de la aduana Guillermo Michel bajo la gestión de Sergio Massa.
El tema es así: la filiales locales de empresas multinacionales acumulan 5 años de pago de dividendos en dólares. Se calcula que ese stock supera los USD 8.000 millones. Caputo quiere saldar esas deudas con Bopreales, ante la resistencia de Santiago Basuli, presidente del Banco Central, que intenta evitar eventuales judicializaciones.
«Bausili es el más cauteloso y el que busca darle un pulido fino al plan que lleva adelante Caputo. La novedad es que en este caso el vice del Banco Central, Vladimir Werning, respalda la jugada de Toto, lo que genera un mal clima en la conducción del Banco», explicó a LPO un técnico del Central.
«Los chicos Anker están agotados, la gestión es muy intensa, y por momento parece que se rompe la familia», agregó en referencia a la consultora que comparten Caputo, Bausili y otros miembros del equipo económico.
Y en ese marco de peleas internas, Caputo tuvo que salir a dar explicaciones por el salto del IPC, que dejó mal parado a Milei. El ministro dijo que la suba de precios se debió a la recuperación de ingresos y nivel de actividad, una explicación muy poco monetaria, que además expone una debilidad del programa anticipada por LPO: Argentina tiene los dólares para financiar el crecimiento del 5% que vaticina el FMI?.
Bausili es el más cauteloso y el que busca darle un pulido fino al plan que lleva adelante Caputo. La novedad es que en este caso el vice del BCRA, Vladimir Werning, respalda la jugada de Toto, lo que genera un mal clima en la conducción del Central.
«Esto se da en un mes en el cual el índice presenta una estacionalidad positiva, vinculada a las fiestas y al inicio del período de vacaciones de verano, y en un contexto donde tanto la actividad económica como los ingresos reales de la población presentan una fuerte recuperación», dijo el ministro de Economía en X.
En su extenso posteo, Caputo intentó convencer que, a pesar de la suba, «el proceso desinflación se sostiene».
«La continuidad del proceso de desinflación puede apreciarse también en el análisis de medias móviles de la variación del IPC, dado que permite extraer tendencias más allá de la volatilidad de muy corto plazo. En esta línea, la media móvil de 3 meses fue de 2,6% mensual, el menor registro desde septiembre de 2020», concluyó el ministro.
La división de mayor aumento fue tarifas: electricidad, gas, agua, alquiler y comunicación. Con subas que superan el 6%, mas que duplican el promedio.
Por eso, el gobierno decidió apelar a medidas que asoció siempre al kirchnerismo y que desafían la teoría que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario. Por ejemplo, dispuso de hecho el congelamiento de las tarifas de los sectores B y E y también le exige a los gremios que no cierren paritarias superiores al 1%, ante el notable silencio de la CGT.
