19 octubre 2024

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La lupa sobre Borja: el desafío de readaptar su juego con Gallardo y la cláusula que inquieta

Otro desafío para el Colibrí: mantener su ritmo en la red aunque adaptando su juego a la intensidad que MG les pide a sus delanteros.

¿Cuál es el verdadero desafío de Miguel Ángel Borja? ¿Batir su marca de 2016 y superar los 39 goles convertidos en un año? ¿Ganar su segunda Libertadores? ¿Demostrarle a Gallardo que es flexible y puede aportarle algo más que su juego posicional? ¿Alcanzar en lo inmediato su grito #50 en River, quizás ante un Independiente al que le marcó cuatro en los últimos siete partidos?

Si se tratara de un múltiple choice, todas las respuestas serían correctas: Borja va por todo eso. Sus retos se relacionan. Hasta dependen unos de otros. A punto tal que si la coexistencia fluye, a fin de año la reducción de su cláusula -como estipula su contrato- quedará algo desproporcionada en relación a su contraprestación.

De hecho, esos u$s 4 millones a los que bajará su valor de rescisión a partir del primer día del 2025 quedan de por sí cortos si se considera que el Colibrí marcó 27 goles en los siete meses que lleva de competencia este año. Y que eso no sólo lo posicionó en el top five de goleadores internacionales de River (con 49, está a seis de Rafael Borré) sino que además lo elevó al séptimo lugar del ranking global de killers -está en la línea de Erling Haaland, a ocho del chino Lei Wu.
Ahora bien: Borja está transitando un reacondicionamiento de su juego y de su rol. Uno muy distinto al que lo llevó a destacarse en las métricas (hasta la llegada de MG había marcado el 42% de los goles del equipo). Porque aquel juego directo de Demichelis que tenía al #9 como máxima referencia del gol mutó a un estilo mixto en el que los volantes llegan y en el que los arietes deben hacer un sacrificio extra. Consustanciarse con las necesidades colectivas.

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Miguel Ángel cuenta con una ventaja: sabe de qué se trata el reto. Porque fue el propio Gallardo el que lo pidió en el invierno del 2022 para cubrir la baja de Julián Álvarez, y la bajada de línea del deté no cambió.

El colombiano de 31 años lo está experimentando tanto en los entrenamientos -físicamente más exigentes, los cuales complementa a contraturno con su fisioterapeuta personal- pero también al momento de moverse dentro de la cancha: su ecosistema expandió fronteras.

Con observar el contraste entre los mapa de calor del Colibrí durante la gestión Demichelis y en sus dos partidos con MG alcanza para comprobar que su radio de acción se amplió. Que con el Muñeco registró más movimientos en la periferia del área que dentro de la zona de gatillo, como ocurría con el ex DT.

Una modificación en el paradigma que Miguel empezó a asimilar: entiende que a su performance deberá imprimirle la intensidad que el Muñeco pretende de sus #9 -a menos que él también reoriente su estrategia para adaptarse a las circunstancias.

Eso, por caso, implicará que el hombre de Tierralta redoble sus esfuerzos y hasta que sacrifique goles propios en virtud del equipo, presionando a la última línea del adversario para forzar errores capitalizables, incluso cuando eso signifique resignar algún registro propio.

Cada partido de este interín copero resultará determinante para que River alcance la sinergia que Gallardo pretende de cara a los cuartos de final de la Libertadores. Y de la que MAB, claro, no está exento.

La prueba de fuego que tendrá River frente a Independiente
Ante Independiente, de visitante y frente a una defensa que no recibió goles en los últimos cinco partidos, por lo pronto se dará una prueba de fuego y de juego para River. Y para un Borja que demostró cierta facilidad para protagonizar esta clase de clásicos: no sólo hizo goles sino que fue foco de polémicas (el clarísimo penal que Fernando Rapallini obvió en el Bochini en 2022 se lo cometieron a Miguel) y de cruces con futbolistas rivales.

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Borja puso el 1 a 0 de River

Gallardo tiene en Borja a un jugador idóneo para los desafíos que vienen. Por su temple para los partidos ABC1. Por su facilidad para el gol. Una facilidad que intentará también explotar y con la que si continúa en este ritmo, a fin de año quizás lo tendrá superando los 40 goles y siendo una tentación para el mercado con una cláusula que, a seis meses del Mundial de Clubes, atraerá a los tiburones como a principios de año lo hizo con el Austin FC.

Un contexto que tendrá inquieta a la CD salvo que decida reconoisderar su vínculo. Porque en él tiene a un goleador. Y a un domador de desafíos.

OLÉ

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