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En el debut del Huevo Acuña, River empató sin goles ante Newell’s y quedó lejos de la punta

Mientras en la Libertadores mostró su mejor versión, fundamentalmente en la vuelta contra Talleres, en el torneo local el River de Gallardo todavía está buscando que el tren en marcha se encarrile. Y si se comparan los rendimientos de miércoles a domingos, se observan algunas diferencias: el conjunto del Muñeco pasó de encontrar pases y ser superior ante un rival de fuste a no visualizar los caminos contra un Newell’s que venía golpeado y se jugó una verdadera final, llevando a cabo una idea que complicó.

Si a River le costó el partido fue porque no tuvo una elaboración de juego de calidad, a la par de los intérpretes que tenía en el campo. Ante un equipo que estuvo siempre muy bien ordenado y presionó alto en varios tramos de la noche, escaseó esa movilidad constante que pretende MG: en el primer tiempo, por caso, Mastantuono y Colidio no pesaron por estar pegados a ambas bandas, jugando prácticamente como extremos a pierna cambiada en un 4-3-3 que no funcionó y dejó inconforme al DT.

Con Kranevitter tomado (gran desgaste de Miljevic para defender y salir rápido de contra), Simón y Meza quedaron sin socios para hacerse cargo de la gestación. En ese contexto, sin posesiones largas por errores en los pases o recuperaciones del rival, a los laterales les costó entrar en juego: Bustos no logró la profundidad suficiente y el Huevo Acuña, #1 en el aplausómetro de los jugadores junto al Colibrí Borja, mostró destellos de calidad en algunas maniobras individuales, firmeza en la marca y personalidad para adueñarse del puesto.

Las pocas llegadas del equipo fueron mediante toques de primera en la mitad de la cancha para romper la presión y desarticular a los rosarinos. Para que se llegara a esto, el mérito fue de Newell’s, que si bien llegó a los tumbos y con su entrenador en la cuerda floja, jugó el partido como si fuera una final y les mordió los tobillos a los rivales para que no jugaran cómodos. Consciente de sus limitaciones y del momento que atravesaba (seis sin ganar, con el clásico perdido y una eliminación en Copa Argentina contra Central Córdoba hace cuatro días incluida), le atoró la salida al equipo de Gallardo, le rodeó bien a sus creativos con un mediocampo infranqueable (destacados Fernández Cedrés y Juan Méndez) y supo aislar a Mastantuono contra la banda derecha. Y cuando esto fallaba, atrás aparecía el muro Velázquez, que hizo rebotar cada pelota que pasara cerca y tuvo un quite al extremo ante Colidio (se iba mano a mano) que terminó siendo determinante.

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El Muñeco intentó torcer el desarrollo en el segundo tiempo con el ingreso del Diablito Echeverri como enlace, dejándoles la raya a Bustos y Acuña. Ahí, ya con una Lepra que sintió el desgaste y se preocupó más por abroquelarse que por atacar, se vio lo mejor de River, con asociaciones más claras y una mayor facilidad para encontrar los espacios. Si no consiguió el 1-0 , fue por algunas imprecisiones en el pase final: la jugada de la habilitación magistral que Lanzini le metió a Meza, quien no pudo ubicar a Borja en el área fue la muestra más acabada.

Ese 1-0, justamente, le hubiera permitido mantener una racha de 43 partidos consecutivos convirtiendo en el Monumental. Un estadio en el que anoche River sacó chapa por tener a Armani, Pezzella y Acuña en cancha con un “bienvenidos a la casa de los campeones del mundo” que se leyó durante toda la noche en el cartel electrónico de la San Martín.

Con la mala noticia de la nueva luxación en el hombro izquierdo sufrida por Aliendro, Gallardo sabe que debe mejorar al River del torneo. A su favor, tiene tiempo, experiencia y jugadores de jerarquía…

Duras declaraciones de Acuña en contra de la dirigencia de Racing
«Los dirigentes de Racing se manejaron muy mal. Usaron mi nombre. Me ensuciaron e hicieron que mi familia reciba amenazas. El único club de Argentina que me llamó fue River. Fue clave el contacto que tuve con Gallardo”, aseguró el Huevo tras el empate ante Newell’s. Además, agregó: «Me encontré con un grandísimo club, a quién no lo ilusiona la Libertadores. Vine a un club que es copero. No me costó aceptar la propuesta».

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OLÉ

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