Noche para el recuerdo de Racing: remontó ante Paranaense y rompió una maldición de 27 añosCon goles de Almendra, Maravilla, Roger Martínez y Martirena, la Academia goleó 4-1 y se metió en semis de la Sudamericana.
27 años. Racing se volvió a meter en una semifinal internacional después de casi tres décadas. Lo hizo en la Copa Sudamericana, quizás en el momento más difícil de Gustavo Costas al frente del equipo. El técnico, quien llegó a principios de año con el objetivo entre ceja y ceja de devolver a la Academia al plano internacional, se enfocó de lleno en los cuartos de final ante Paranaense y el pleno le pagó dividendos. Había guardado a todos los titulares en Córdoba y llevado el castigo por la derrota ante Talleres, pero renació en el partido más importante de Racing en muchísimo tiempo. No es una exageración. Pasaron jugadores como Milito, Lisandro y Saja. Técnicos como Mostaza Merlo, Simeone y Coudet, y ninguno había podido lograr lo que logró este plantel. Por eso ese festejo loco dentro del campo de juego. Tan merecido como necesario.
Racing se metió entre los cuatro mejores con un primer tiempo de alto vuelo, turbulencias en el segundo y mucho carácter para asomar la cabeza cuando los brasileños amenazaron con pasar del 0-3 al 2-3 y llevar la serie a penales. Pero en la Sudamericana, la Academia desfila como local. Es lo que lo llevó a estar donde hoy está. Los cinco partidos jugados acá los ganó por goleada fueron: tres 3-0, un 6-1 a Huachipato y el 4-1 contra Paranaense.
El partido tuvo un arranque similiar al de los octavos contra los chilenos. El equipo de Costas fue una tromba. Todo se le facilitó con el golazo al ángulo de Almendra a los 18 segundos. Ni el más optimista se hubiese imaginado un arranque como ese. Saque del medio, pelotazo largo, rechazo de la defensa y aparción del ex Boca para poner el 1-0 desde afuera del área. Paranaense parecía un boxeador superado por un rival que no paraba de tirar manos. Una, dos, tres, cuatro. Racing atacaba por todos lados y no dejaba respirar al equipo de Lucho.
El gol desde el inicio le había quitado la pesada mochila de la espalda y la Academia podía jugar. Con un Roger imparable, el primer tiempo fue soñado. A los 23’, el colombiano ganó por izquierda, sacó un centro de zurda que encontró el anticipó de Maravilla para poner el 2-0. Gran conexión de la dupla y antes de la media hora la Academia ya había dado vuelta la serie ante un Paranaense blandito, con cuatro jugadores en ofensiva pero que sólo servían para hacer un equipo ancho que hacía agua por todos lados. A los 42’ llegó una contra con pase de Juanfer para el 3-0 y fiesta total.
Parecía cosa juzgada en apenas 45 minutos. Pero la visita metió tres cambios y lavó su imagen. Sin nada que perder, descontó rápido con el indultado Nikao ante una floja reacción de Arias y el local la pasó mal en los siguientes minutos. Esta vez rápido de reflejos, Costas mandó a la cancha a Mura y Zuculini para tener más agresividad y volvió a emparejar el partido. El zapatazo de Martirena no sólo sirvió para poner el cuarto gol y llevar alivio, sino que para el Cilindro pudiera volver a disfrutar de un equipo que no se merecía jugar asfixido en el final.
Ganó Racing y reescribió su historia. Ya sin el karma de los cuartos de final, ahora va por Corinthians.
OLÉ