• No podrá ejercer su cargo como presidente de Talleres de Córdoba por 24 meses.
• También le atribuyen haber violado los estatutos de la casa matriz del fútbol.
• Suspendieron por seis meses al vicepresidente Gatti y amonestaron al club.
El Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino decidió este jueves suspender por 24 meses al presidente de Talleres de Córdoba, Andrés Fassi, para ejercer su cargo como consecuencia de los incidentes que protagonizó hace poco más de un mes con el árbitro Andrés Merlos tras el encuentro contra Boca Juniors, por los octavos de final de la Copa Argentina, en la zona de vestuarios del estadio Malvinas Argentinas de Mendoza.
El castigo, explicado en un extensísimo fallo que cuenta con más de 38 carillas, también aplicó por haber “violado los estatutos de AFA» cuando Fassi intentó suspender la asamblea de la casa matriz del fútbol argentino con una denuncia ante Inspección General de la Justicia sin recurrir previamente a los órganos del fútbol. El fallo, que todavía no fue publicado, fue firmado esta tarde por los miembros del Tribunal de Disciplina que encabeza el escribano Fernando Mitjans.
Consultado por Clarín, sin embargo, Fassi dijo que no tenía «idea» sobre la determinación del Tribunal de Disciplina. Por su parte, el vicepresidente de Talleres, Gustavo Gatti, fue suspendido por seis meses para ejercer su cargo y el club recibió una amonestación. El portal del diario cordobés La Voz del Interior indicó que la institución ‘tallarín’ apelará la sanción ante el órgano afista.
La controversia comenzó cuando Fassi se presentó ante el Tribunal para denunciar unas supuestas amenazas de Pablo Toviggino, tesorero de la AFA. El dirigente del club manifestó su preocupación por ciertas expresiones del dirigente santiagueñp en redes sociales que, según él, insinuaban un posible daño a su club. Sin embargo, el Tribunal encontró que sus afirmaciones carecían de fundamento y que, en lugar de presentar inquietudes legítimas, la presentación era más bien un intento de provocar un conflicto con la AFA.
Según el informe presentado por el árbitro Merlos, Fassi lo interceptó de manera desafiante y violenta, dirigiéndole insultos y amenazas. Se alegó que el titular del club cordobés, junto a un grupo de personas que lo acompañaban, amenazó al árbitro y que uno de ellos llegó incluso a exhibir un arma de fuego dentro del vestuario, lo que provocó una intervención policial.
El Tribunal de Disciplina evaluó la situación y concluyó que Fassi había violado abiertamente el artículo 169 del Reglamento de la AFA, que prohíbe la presencia de dirigentes en zonas vedadas, como lo es el vestuario de los árbitros. Además, se consideró que sus actos contribuyeron a crear un ambiente de violencia y hostilidad que no puede ser tolerado en el deporte,
El Tribunal de Disciplina se apegó a los artículos 32 y 33 del Reglamento de Transgresiones y Penas. El primero establece que «el Tribunal de Disciplina Deportiva y el Tribunal de Apelaciones deberán resolver con sujeción a la letra y al espíritu del Estatuto de la AFA, de los Reglamentos y de las resoluciones de las autoridades de la misma y, en lo no previsto, de acuerdo con los principios del deporte, la equidad y el derecho», mientras que el segundo estipula que «la apreciación de los hechos para la justa aplicación de la pena queda confiada a la libre convicción del Tribunal de Disciplina Deportiva y del Tribunal de Apelaciones cuando le corresponda actuar, los cuales se pronunciarán con los elementos de juicio que consideren suficientes».
A partir de allí los miembros del Tribunal entendieron que las acciones de Fassi, en el caso de la pelea con Merlos, fueron a contramano del artículo 248° que habla de una «suspensión de siete días a cinco años, al dirigente o toda otra persona que desempeñe cualquier cargo o función en el club al cual pertenece, que agreda, intente agredir, injurie, agravie, ofenda, insulte, amenace o cometa cualquier otro acto inmoral o reprobable, dentro de las dependencias internas del estadio; dentro o fuera del estadio o del campo de juego; desde atrás del alambrado qué circunda el campo de juego o desde las plateas o tribunas, a árbitro, árbitro asistente, asistente deportivo, jugador o personal técnico».
Y luego se apoyan en el artículo 253° que advierte que «la suspensión impuesta a dirigente de club, implica la inhabilitación para ejercer en la AFA o en clubs afiliados directa o indirectamente a la misma, cualquier clase de actividad directriz y todo cargo, tarea o función que esté relacionado con asuntos referentes al fútbol. La inhabilitación es total. El dirigente así sancionado no podrá, por ningún concepto, titulo o carácter, en lo que se refiere a las distintas actividades del club vinculadas al fútbol, representar, asistir a reuniones de su Comisión Directiva ni a otras reuniones en las que se traten temas relacionados con. la actividad del fútbol en cualquiera de sus aspectos: deportivo, económico, social, financiero, etc.».
Y cierra: «La violación a lo dispuesto en este artículo será sancionada con suspensión de uno a cinco años o expulsión de la AFA».
¿Qué pasó con Fassi y Merlos?
La eliminación de Talleres ante Boca terminó en un escándalo. Luego de la derrota por penales, en un partido repleto de polémicas, el presidente de la T, visiblemente enojado, increpó al árbitro Merlos, en una zona cercana a los vestuarios, para reprocharle, entre otros motivos, el gol convalidado al Xeneize que debió ser anulado.
Ambos mantuvieron una acalorada discusión. Lo reconoció el mismo Fassi, quien después dio su versión a la prensa de lo sucedido: «Le pregunté por qué seguía perjudicando a Talleres. Por qué lo hacía; no es la primera vez, ya van varias veces», contó el dirigente. Y, sobre el incidente, detalló: «Empezó a gritar y me dijo ‘si querés hablar te invito para que vengas’, yo le dije que sí con todo gusto, Vino y me agredió. Me pegó una trompada a mí y le pegó una patada al vicepresidente, Hugo Gatti».
Horas después, en diálogo con DSports, Merlos contó su versión: «La verdad que es un hecho muy lamentable, triste. Sinceramente, doloroso para el fútbol que ocurran este tipo de cosas. No hay explicación a lo que hace este hombre, se nota que tiene una impunidad no sé si política, económica o qué, pero tiene una impunidad increíble. No tengo palabras, ya había tenido un hecho con él en el pasado, cuando había pasado lo mismo. Se lo sancionó, pero ahora fue mucho más grave porque ingresaron dos personas de él al vestuario y con un arma de fuego».
Y siguió: «Pasó todos los límites. Lo único que queda es que meta el dedo en el gatillo y ya no podría estar contando la historia. Son cosas que nos toca presenciar ante un espectáculo deportivo, es muy doloroso».
Según el árbitro, cuando llegaba al vestuario tras el partido, uno de los hombres de seguridad del presidente de Talleres, a quién describió «con tono mexicano», lo amenazó: «El custodio de Fassi me dijo, ‘qué carajo te pasa’ y me mostró la culata de un arma».
«Te vamos a matar hijo de puta, nos vivís cagando», asegura haber escuchado Merlos en la zona de camarines. «Ahí estaba la policía, que puso los escudos. Vinieron al vestuario y ahí me dejan ver la culata de un arma. Yo soy militar y reconozco cuando veo un arma. Me la dejaron ver y me dijeron algo que yo lo sentí en tono amenazante», confesó entre lágrimas.
«Empecé a gritar ‘¡tiene un arma, tiene un arma!’. Después se van y yo salgo diciendo al jefe del operativo que tenía un arma, que habían venido armados a mi vestuario».
Merlos aseguró que llevará el caso a la Justicia: «Voy a hacer la denuncia, atrás está mi familia. Está sufriendo mi madre, mi familia».
«En el campo de juego no pasó absolutamente nada, el Cacique (Medina) y los jugadores entendieron, que fue una jugada muy fina. Todo lo generó Andrés Fassi, sólo él y las personas que estaban con él. No podemos permitir que esto siga pasando en nuestro fútbol con este hombre que ya tiene un antecedente, ya fue sancionado por AFA».
La cumbre entre Fassi y Milei
La historia no terminó allí porque al día siguiente Fassi desmintió la denuncia de Merlos sobre la presencia de un arma de fuego en la zona de vestuarios y lo acusó de ser uno de los «cuatro o cinco serviles» a la dirigencia de AFA encabezada por Claudio Chiqui Tapia.
«Beligoy hace expresamente lo que Chiqui Tapia y su segmento de gente le piden. Ojo, sigo creyendo en el arbitraje argentino. Merlos, desde hace más de tres años, en distintas oportunidades que nos dirigió, nos viene perjudicando. Reuniones permanentes con Beligoy. Talleres no pide que nos den absolutamente nada, pero sí exigimos que no nos quiten.
Fue una designación extraordinaria y muy pensada, que se lo expuse antes del partido a la AFA y en la cual no fuimos escuchados», afirmó en conferencia de prensa.
Y aclaró: «Hablo de Merlos, no del arbitraje del fútbol argentino. Hay cuatro o cinco árbitros serviles o abanderados que lamentablemente empañan a ese 85% de arbitraje honesto, que ha sido modelo en el mundo. Son enviados para perjudicar o beneficiar, y ponen en vulnerabilidad el muy buen arbitraje argentino».
«No tengo guardaespaldas y no tengo chofer. Voy a la cancha solo. La Policía requisó todo y no encontró ningún arma», agregó sobre la denuncia que hizo el propio árbitro mendocino después de lo ocurrido en el vestuario del estadio Malvinas Argentinas.
Pero durante gran parte de la conferencia, Fassi eligió hablarle en primera persona a Chiqui Tapia. «Tienen miedo de hablar, porque es increíble cómo con el manejo del arbitraje le das miedo a todo el mundo. Me parece injusto que siendo campeones del mundo, teniendo una AFA enriquecida, siendo el segundo país exportador de jugadores, no nos demos un debate, un Congreso entre toda la familia del fútbol. Es una barbaridad lo que pasa en el fútbol argentino», propuso.
Cuatro días más tarde, Fassi fue a la Casa Rosada y mantuvo una reunión con el presidente de la Nación, Javier Milei. La charla no giró en torno a la denuncia del mandamás de la T contra el arbitraje, sino el cambio de paradigma en el fútbol argentino, con el ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas, justo un día después de que se conociera la postura negativa de FIFA y Conmebol, respecto al decreto de necesidad y urgencia (DNU) que impulsó Milei
Milei recibió a Fassi -también accionista de otros clubes clubes en el mundo- en la Casa de Gobierno. Allí intercambiaron camisetas entre sonrisas -ambos fueron arqueros amateurs- , mostrando su plena sintonía en el conflicto que esta semana puso patas para arriba al statu quo que reina en la Asociación que manda en el fútbol argentino.
Se sabe desde hace rato que el mandamás de la T era uno de los propulsores del proyecto de las Sociedades Anónimas Deportivas en el fútbol, posición que lo ponía enfrente de Tapia y la mayoría de los clubes que siguen los lineamientos del presidente de la AFA.
CLARÍN