En el Coloquio de IDEA, el Gobierno le pidió al círculo rojo que reaccione a las reformas estructurales. Los factores que hacen dudar al sector productivo.
El pedido del gobierno de Javier Milei a los empresarios presentes en el Coloquio de IDEA fue claro: más reacción, con gestos materiales concretos, a los avances del programa económico implementado este año. Sin embargo, en el mundo de los negocios puntualizan varias razones por las que todavía, aseguran, no es conveniente invertir en Argentina.
La plana económica mayor del Gobierno desembarcó la semana pasada en la 60º edición de este evento realizado, como es tradición, en el Sheraton de Mar del Plata. La presencia del propio Milei para el cierre, además de las presentaciones previas del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y del ministro de Economía, Luis Caputo, fueron todo un gesto político hacia el sector, con el que el Presidente buscó dar vuelta la página tras su desplante del año pasado, cuando organizó una contracumbre con un reducido grupo de empresarios en la misma ciudad balnearia.
Como era de esperar, el mandatario y sus ministros reivindicaron el programa económico y criticaron la herencia recibida. Los que sorprendieron más fueron los pedidos y reclamos a los empresarios por la falta de inversiones, en un tono crítico que se repitió en los tres discursos. «Les damos un terreno liso, las reglas del juego. La generación de riqueza depende de ustedes. Ustedes van a hacer a Argentina grande nuevamente», fue la arenga de Milei, quien agregó que «es ahora porque esto nunca pasó en la historia Argentina. Para que esto perdure debe ser exitoso. El crecimiento se va a dar cuando ustedes se pongan al hombro su rol de emprendedores».
Antes, Caputo había dicho: «¿No debería haber mucho más optimismo? Hay todavía ese escepticismo contra el que también luchamos. Si nosotros no podemos convencerlos a ustedes, entonces vamos a tardar mas en salir». En la misma sintonía,
Sturzenegger afirmó que «en el momento en que el Estado se corre y no les hace más sombra, ahí entran ustedes. Es el momento en que ustedes entran en acción. Nosotros los teníamos en una caja. Si se abre la puerta de la celda es el momento de salir».
Los empresarios de IDEA, entre los que los industriales son minoría, acompañan ideológicamente y apoyan políticamente al Gobierno. Reivindican fuertemente las reformas estructurales implementadas por el equipo económico este año, a las que ven como pilar fundamental de un posible momento bisagra para Argentina. Y valoran el gesto del Presidente de presentarse cordialmente en un espacio al que un año atrás descalificaba asociándolo, como parte de su discurso «anticasta», a Juntos por el Cambio.
Por qué los empresarios dudan de invertir con Javier Milei
Sin embargo, el respaldo general del empresariado a Milei y el pedido explícito del Gobierno hacia ellos, no se ha traducido, por ahora, en la ola de inversiones que espera el oficialismo. De hecho, hay varios factores puntuales que los propios empresarios señalan para justificar sus dudas y postergaciones a desembolsar nuevos fondos.
La principal razón aducida en los pasillos de IDEA es el «factor tiempo». Básicamente, la presencia de las reformas estructurales, que los hombres y mujeres de negocios ven como un logro concreto del Gobierno, no garantizar que permanezcan a largo plazo. El clima subyacente es de desconfianza sobre la real sustentabilidad política de la administración libertaria y el fantasma de la derrota de Mauricio Macri pesa en el aire. Muchos directamente establecen como fecha clave a las elecciones 2025, llave para que La Libertad Avanza blinde a Milei de los vetos e insistencias del Congreso. Otros van más allá y creen que hasta 2027 nada estará asegurado.
Además, los empresarios remarcan que el salario real todavía no aumentó lo suficiente como para recuperarse de la caída de los últimos meses, algo que impacta especialmente en el rubro del consumo masivo. Un alto ejecutivo de una de las más importantes empresas cerveceras del país señalaba que están preparados para que el poder adquisitivo crezca de manera tangible recién el año que viene, y se lamentaba depender todavía tanto de las promociones. De hecho, en medio del Coloquio se conoció el último informe de la consultora Scentia, que marcó una caída del 22% interanual de las ventas en supermercados, la mayor de los últimos años.
En este marco, otro dato concreto que marcan los empresarios, en este caso los industriales, es que la capacidad instalada todavía se encuentra muy abajo. En agosto, reveló el Indec, este indicador alcanzó el 61%, su punto más alto en la era Milei. Pero sigue todavía a varios puntos por detrás de sus niveles de 2023, cuando promedió unos 66 puntos. Así, todavía queda un buen margen para aumentar la productividad sin tener que apelar a inversiones en capital fijo.
Un cuarto argumento que resonó en los pasillos del Sheraton, en este caso como crítica directa al Gobierno, es la falta de voluntad del equipo económico de «meterse en la micro». Es decir, de dar incentivos concretos a las empresas que vayan más allá de las reformas estructurales de la macro. «Tenés que incentivar cosas en la micro si hacés una transición de tres años» hacia una economía liberalizada, reclamó un importante referente del sector comex, y puso de ejemplo la ausencia de medidas sobre empleabilidad, que puedan generar mejoras en los recursos humanos como complemento de la reforma laboral.
Por último, las empresas extranjeras miran inevitablemente un factor más: la presencia del cepo cambiario. Los propios empresarios señalaban que nadie en el Coloquio podía creer seriamente que se puede crecer con control de capitales, pese al ejemplo de Corea del Sur (en los años ochenta y noventa) que destacó Caputo. A eso le sumaban las demoras en la reglamentación del RIGI, que, más allá del interés que crea en el resto del mundo, lleva a que todavía no haya habido anuncios de inversiones concretas bajo ese nuevo marco legal.
EL DESTAPE
