Matías Lucuix, director técnico de la Selección Argentina de futsal, charló con El Destape sobre la actualidad del deporte y lo que le espera al equipo en el Mundial de Uzbekistán.
La Selección Argentina de futsal masculino arrancó con el pie derecho su participación en el Mundial de Uzbekistán 2024: el combinado albiceleste superó por 7 a 1 a Ucrania en la primera fecha del Grupo C. El histórico Cristian Borruto, quien está disputando su quinto campeonato del mundo, anotó por duplicado al igual que Kevin Arrieta; Alan Brandi, Lucas Bolo Alemany y Matías Rosa convirtieron los goles restantes. En la próxima fecha se enfrentarán con Afganistán, que venció por 6 a 4 a Angola en su debut.
El Destape mantuvo una charla con Matías Lucuix, actual director técnico de Argentina, en la previa del certamen que se está llevando a cabo en el continente asiático. El exjugador con pasos por River Plate e Inter Movistar, quien sufrió una lesión que le puso fin a su carrera prematuramente mientras jugaba el Mundial de Tailandia 2012 con la Selección, está al mando del conjunto nacional desde 2018. Fue finalista del Mundial de Lituania 2021 y ganó la Copa América en 2022. Ahora, enfrenta un nuevo desafío: mantener el rol de candidato en el medio de un recambio generacional. Lucuix compartió sus vivencias como entrenador y jugador, además de compartir su punto de vista sobre la evolución del deporte en los últimos años.
-¿Qué cambios crees que han sido los más relevantes en estos años en cuanto a lo táctico y al armado de los equipos, teniendo en cuenta la experiencia del último Mundial de 2021 en Lituania?
Sí, sin duda que el deporte va evolucionando: no solamente las reglas favorecen ciertos aspectos sino que perjudican también a otros. Hoy en día se ha vuelto muy táctico, como cualquier deporte de oposición y juego colectivo, en los que la táctica está predominando por encima de la técnica. Claramente es una tendencia… Podemos hablar mucho de las incorporaciones de los arqueros, del juego directo en el que ya se ha perdido un poco la asociación y circulación de pelota, de explotar más la táctica y la técnica individual. Se ha dado mucha más importancia a lo colectivo, pero está claro que después es un deporte en el cual siempre tiene que estar esa impronta, esa creatividad individual; no tenemos que creer que el orden o que lo colectivo va a estar por encima de lo individual. Pienso y creo que, al final, los grandes partidos o partidos en igualdad de condiciones te lo terminan ganando los grandes jugadores. Un poco la evolución que ha tenido (el futsal) en estos últimos años: lo táctico, lo colectivo y lo físico cada vez tiene más predominancia, pero después lo técnico termina siendo muy importante a la hora de la construcción de un equipo y a la hora de determinar un resultado.
Sobre estas tendencias, ¿Cuál crees que es la que más hace destacar o la que más caracteriza a esta Selección Argentina que estás dirigiendo?
Bueno, tratamos de respetar un poco lo que es la cultura del jugador argentino. Más allá de que es un deporte muy táctico, creo que no tiene que perder la creatividad individual, tiene que tiene que favorecerla muchas veces. Pienso y creo que el orden favorece a la creatividad, a ese juego, a esa inercia y a ese descaro que tiene el jugador argentino. Pero está claro que también tenemos que buscar ser un equipo en el que hay diferentes roles, en el que en nuestro juego siempre uno trata de priorizar la defensa y que eso sea una virtud para que después podamos explotar el lado ofensivo. Nuestra selección se ha siempre caracterizado por eso, por ser un equipo muy ordenado, muy disciplinado, que tiene las cosas muy claras sobre lo que tiene que hacer. Eso nos va a llevar a poder ser capaces de conseguir la victoria y a reconocer cuáles son nuestras deficiencias para poder ocultarlas a través de nuestras virtudes. En ese sentido somos una selección disciplinada, de orden, en donde tratamos de que ese orden favorezca un poco a la creatividad que tienen muchos jugadores y desde ahí creo que nos vamos fortaleciendo.
¿Qué diferencias fundamentales encontrás entre el futsal de tu etapa como jugador y el futsal en la actualidad?
Muchas. Uno suele pensar ‘¿cómo hacía yo para jugar a esta velocidad?’ cuando ves a entrenar a los chicos, cuando ves lo que ha crecido el deporte internacionalmente… No solamente las grandes potencias sino en todo el mundo. Está claro que que la parte física ha ayudado, la parte táctica también, el conocimiento de los entrenadores cada día es mayor y eso favorece que una selección que no tiene grandes recursos puede igualar desde la parte física, táctica y colectiva a un equipo con mayores virtudes. Ha cambiado, se ha modificado, todo evoluciona y creo que evoluciona para bien porque favorece al espectáculo, porque favorece a que los chicos quieran jugar nuestro deporte, porque atrae y eso también es muy positivo. Si miro para atrás, un poco ha cambiado pero lo que sí tengo claro es que los jugadores buenos de cualquier se adaptarían; hubiesen cambiado, no su forma de jugar, pero sí se hubiesen adaptado a la velocidad del juego de hoy. No tengo duda de los que tienen la técnica y la táctica son capaces de jugar en cualquier etapa, y en mi caso creo que hubiese podido adaptar también.
¿Qué elementos de esa etapa (como jugador) pudiste trasladar a tu experiencia como director técnico? Y en cuanto a esta etapa en una selección, ¿Qué característica crees que es fundamental para ocupar ese puesto?
La verdad que el haber sido jugador no significa que seas un gran entrenador. Uno se tiene que preparar y tiene que ser capaz de tener herramientas, porque después (y más estando en este lugar que es de privilegio y responsabilidad) tiene que estar capacitado para poder brindarle la mejor cantidad de herramientas posibles a los jugadores. Está claro que después todo lo que se trata de gestión, de poder guiar a un equipo, el haber estado en un vestuario y haber compartido mucho tiempo con muchos de estos jugadores da un poco de experiencia. Pero no significa que esa experiencia te ayude a poder dominar y controlar todo. Soy de los que creen que uno tiene que seguir evolucionando, que uno se tiene que preparar, que tiene que seguir obteniendo experiencias y que esas experiencias a uno lo llevan a tomar mejores decisiones. Haber estado a un cierto nivel siendo jugador no te capacita o no determina que seas un gran entrenador ni mucho menos.
Lucuix, quien fue parte del cuerpo técnico que salió campeón del mundo en Colombia 2016 (Diego Giustozzi era el DT por ese entonces), reveló de qué forma se sigue formando como entrenador a pesar de trabajar en la élite del futsal: «Me trato de preparar, estudio, analizo el juego, hago y soy de escuchar mucho a grandes entrenadores. En ese sentido soy muy inquieto y esa inquietud me lleva a prepararme». También, se refirió al compromiso que tomó con la Selección y a su deseo de seguir compitiendo en el más alto nivel y de buscar nuevos desafíos: «Sé el lugar en el que estoy, sé la responsabilidad que tenemos, es una obsesión para mí competir y representar a nuestro país de la mejor manera, así que eso significa que trato de nunca quedarme con lo que hice, sino que trato de mirar más allá y prepararme para poder seguir estando en este lugar».
Argentina viene de ser campeón del mundo en 2016, de salir subcampeón del mundo en 2021, de ganar la Copa América… ¿Cuál es esa virtud, esa característica que tiene Argentina, que le permite tener tanta vigencia y le permite seguir compitiendo y ser candidato en todas las competencias?
Hemos sido capaces de poder estar en un momento en el que, no tengo duda, vimos a una de las mejores camadas. No quiero adueñarme del futuro, pero sí es una de las mejores camadas de la historia de nuestra disciplina. Fui afortunado de tenerlos ellos adentro de la cancha: me han hecho crecer como entrenador, me han ayudado, me han hecho vivir uno de los mejores momentos de mi vida seguramente con esta camiseta, así que le doy mucho valor a ellos. Después, su mentalidad, su esfuerzo, su sacrificio, su valentía a la hora de competir los hace únicos, pero hoy en día estamos en un proceso diferente. Estamos en ese pequeño recambio, con jugadores que seguramente jueguen su último mundial, con otros chicos que están debutando. Hoy en día creo que esa mochila y esa responsabilidad (la de ser candidatos) no es la que mejor nos cabe, pero después estos jugadores son impredecibles. Son capaces de lo mejor si mantienen la humildad, de saber competir, de ir al límite en cada momento; pero también somos capaces de lo peor si no conocemos nuestras virtudes y, principalmente, nuestras debilidades. En ese sentido necesitamos ir partido a partido, que eso nos favorezca para ir tomando confianza para el resto del torneo y después no tengo dudas que en los momentos importantes vamos a responder. Porque siempre lo hicimos, porque estamos preparados, porque tenemos las cosas claras de lo que nos va a llevar y de lo que nos puede llevar a conseguir resultados.
EL DESTAPE