Los aviones regresaban de una misión en Alemania; los fallecidos eran un instructor y su alumno
PARÍS.- Dos cazas militares franceses Rafale, de alta tecnología, protagonizaron la mañana de este miércoles un inusual accidente cuando chocaron en el aire en Meurthe-et-Moselle, cuando regresaban de una misión de reabastecimiento en Alemania.
El piloto de uno de los aviones logró eyectarse y aterrizó con su paracaídas; resultó herido, pero no de gravedad. Los dos pilotos del otro avión, un instructor y su alumno, que revistaban como desaparecidos, fueron hallados sin vida.
El presidente francés, Emmanuel Macron, informó sobre el episodio en su cuenta en X. ”Nos enteramos con tristeza de la muerte del capitán Sébastien Mabire y del teniente Matthis Laurens. La nación comparte el dolor de sus familias y de sus hermanos de armas desde la base aérea 113 de Saint-Dizier”, añadió el presidente.
En las operaciones de rescate participaron dos helicópteros y decenas de voluntarios que exploraron los bosques.
Según los medios de comunicación de París, los dos aviones chocaron durante el vuelo. El lugar donde se estrelló uno de los dos aviones tras el choque había sido aislado, tanto por razones de seguridad pública como militares, por tratarse de aviones con aparatos muy sofisticados.
El avión supersónico polivalente Rafale, utilizado para cazar aviones enemigos, atacar objetivos terrestres y marítimos, efectuar misiones de reconocimiento e incluso transportar ojivas nucleares, ha sido un éxito de ventas para la industria armamentística francesa. Pilotos ucranianos son actualmente formados en Francia, pero en la base de Cazaux (suroeste) y en aviones Alpha Jet.
Los Rafale accidentados pertenecen al escuadrón de transformación (ETR) de la base aérea de Saint-Dizier, en el Alto Marne.
El piloto que se salvó es un coronel, y actualmente se encuentra internado en el centro hospitalario de Toul.
Alexis Valiton, un agricultor de 28 años, también participó en la búsqueda con los servicios de emergencia tras escuchar la colisión y ver al piloto emerger de las nubes en paracaídas. “En algo más de una hectárea hay escombros por todos lados y en mil pedazos, chapas, plásticos, hay de todo“, dijo a la agencia AFP.
Samuel Gris, subalcalde de Thuilley (Meurthe-et-Moselle), y exenfermero de la fuerza aérea, informó haber oído una explosión. “Miré hacia arriba y vi un avión en llamas que caía dando vueltas […]. Pero lo que me preocupa es que solo vi un avión, por lo que en mi opinión el segundo se desintegró, lo que explicaría por qué no pudieron encontrarlo fácilmente”. Agregó que “la visibilidad era complicada” en el momento del accidente con el cielo cubierto de nubes.
LA NACION
