El gobierno libertario tiene un ADN caníbal con capacidad mutante de adaptación. Karina, Santiago Caputo y Sandra Petovello coincidieron en tiempo y espacio en su pelea con Nicolás Posse y cayó el jefe de Gabinete, uno de los pocos amigos de verdad que tenía Milei. «Eran Batman y Robin», recuerdan en Corporación América, donde ambos compartieron el fracasado proyecto del túnel trasandino.
El método aplicado al despido de Posse es interesante porque exhibe el desapego de Milei por los seres humanos. Darwinismo austríaco. «Hace tres semanas que no me atiende el teléfono», dijo en ese momento y se tuvo que ir sin poder hablar con su amigo. Fue Karina quien le recibió la renuncia.
Teléfono para Santiago Caputo, que está ingresando en la zona roja de la hermana presidencial. La interna es total, al punto que en el gobierno se repite una situación incómoda: Santiago manda a algún colaborador a dar instrucciones a un funcionario y poco después llega un enviado de Karina que pide ignorar las instrucciones. Por supuesto, en general se hace lo que dice la hermana.
«Santiago está acumulando demasiado poder», sintetiza un legislador libertario, que puede hablar con comodidad porque tiene la ventaja de no estar a tiro de decreto. Poder y dinero. Caído Posse, el jefe de los Peaky Blinders se aseguró antes que nada el control directo de la SIDE y logró convencer a Milei que contra toda la prédica de transparencia libertaria, le inyecte cien mil millones de pesos de gastos reservados, que podrá gastar como quiera, sin controles ni rendiciones de cuentas.
Antes que eso fue por la caja de publicidad de YPF, que sólo en los primeros tres meses del año gastó 10 mil millones. Y ahora suma la pauta de la AFIP, que como reveló LPO, rompe así la promesa de un año sin pauta de Milei. La inoxidable Alejandra Rafuls, acercada por Rodrigo Lugones y el Coti Nosiglia, se encarga de organizar el reparto de esos fondos, en un circuito que entra y sale por la agencia Sentidos de Andrés Bidart y que los propios libertarios habían cuestionado y una vez en el poder mantuvieron.
«Karina está afuera de todo eso», afirman en la Casa Rosada. Y también ubican por afuera de esa arquitectura a Manuel Adorni y Javier Lanari, hombres elegidos por Karina para intentar vincularse con los medios. «Al final los únicos que comemos salteado somos nosotros», se lamentan en el entorno de El Jefe.
Karina y Santiago hoy sólo comparten el odio a Sandra Petovello, que la semana pasada recibió un llamado al orden de Milei. La ministra de Capital Humano es vista por los libertarios como un símbolo perfecto de la incapacidad de gestión, pero como reconoce un funcionario «este momento complicado del Gobierno, no es el más indicado para echarla».
Santiago se mete en la SIDE, en la Justicia, en los medios, en las encuestas, en las empresas públicas, en Cammesa, en los trenes, en la relación con el Congreso, con los gobernadores, en las redes, y en el diseño de la estrategia política. Y lo hace sin responsabilidad institucional. Es un super jefe de Gabinete, sin cargo. Es lógico que cause fastidio en los que ponen la cara y más importante, la firma.
Milei se desentiende del día a día de su gobierno. Lo hizo cuando se lo dejó a Posse y lo hace ahora con Santiago. Pero en algún momento por alguna razón se siente traicionado en su confianza. La semana pasada Milei bloqueó por tres días a su asesor estrella, como antes había hecho con Posse. «Milei se indignó porque un empresario muy importante le dijo que Santiago estaba desaforado», cuenta un dirigente libertario que advierte «cuando pasa eso, en general a los meses terminan afuera».
Pero atrás de esas peleas de Palacio por plata y poder, empieza a desplegarse un conflicto político más interesante. Karina Milei esta dedicada a armar La Libertad Avanza en todas las provincias. Se trata de un objetivo central, para un proyecto que mira más allá de la presidencia de Milei, un proyecto que apuesta a terminar de tragarse al PRO para quedar plantado en el tablero político argentino como la expresión de la nueva derecha, como logró Bolsonaro en Brasil.
Esto requiere construir poder territorial, lo que exige liderazgos locales más serios que los que viene mostrando hasta ahora La Libertad Avanza. En la mesa de arena que Karina tiene con Lule y Martín Menem, son conscientes de esa limitación, pero mantienen la ambición de construir lo propio. Una voluntad que está empoderando a los presidentes de partido que van nombrando en cada provincia. Hay que mirar bien esa lista, son todos dirigentes con aspiraciones de gobernar sus provincias.
Esa estrategia muy peronista, chocó primero con Macri, pero también está chocando con Santiago Caputo y Guillermo Francos, que coinciden en el odio al ex presidente, pero se sienten más cómodos negociando con los gobernadores que con los libertarios de las provincias.
«Santiago y Francos le dan plata a los gobernadores con los que tenemos que competir y ahora como están mas gorditos, ya nos retacean los votos en el Congreso. Falta ajustar ahí», explica un dirigente libertario, que prevé que a medida que se acerque el calendario electoral, la tensión entre Karina y Santiago subirá.
Los gobernadores peronistas, macristas, radicales y provinciales, están todo el día con una caja de Alplax en la mano para repartir a sus nuevos amigos libertarios. Lo que pretenden es simple: que no les armen listas en sus distritos o que armen listas pedorras, que no les compliquen el poder.
«La gran pregunta es: ¿Milei va a hacer campaña por sus candidatos del interior o se va a quedar en la Capital como hizo en la presidencial», afirma el operador de un gobernador peronista del Norte, que reconoce que Milei mide 45 puntos en su provincia, pero más importante: «no tiene goteras, lo mantiene». Este gobernador está dispuesto a hacer todos los gestos que sean necesarios para apaciguar a Milei: «Si tenemos que irnos del bloque del PJ, lo vamos a hacer», reconoce.
El peronismo está hoy sin referencia nacional. Hundido en el bochorno de Alberto Fernández, mira con rencor a Cristina por haberlo elegido. Lentamente empieza entonces a consolidarse un proceso que ya venía desplegándose: la provincialización de los liderazgos peronistas del interior, siguiendo un poco el modelo de Córdoba.
Por eso, la pregunta sobre qué hará Milei el año que viene es pertinente. Si la estrategia del peronismo será tratar de encapsular la pelea electoral en una disputa provincial, harán todos los gestos posibles para que Milei se quede en la Quinta de Olivos disfrutando de sus noches de ópera.
La Política Online