El mandatario llegó al poder en 2018 cuando el anterior Gobierno conservador perdió una moción de censura a raíz de un escándalo de corrupción.
Un tribunal de Madrid abrió una investigación preliminar sobre si Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez, cometió un delito de tráfico de influencias al aprovecharse de su condición para avalar con su firma a empresarios que se presentaban a licitaciones públicas.
El grupo de lucha contra la corrupción, Manos Limpias, afirma que Gómez utilizó su influencia como pareja del presidente del Gobierno español con el objetivo de conseguir patrocinadores para un máster universitario que ella dirigía.
Ante la noticia, Sánchez anunció la cancelación por unos días de su agenda pública, para reflexionar si renuncia o no a la jefatura del Ejecutivo tras la denuncia judicial presentada contra Begoña Gómez. Comunicará la decisión públicamente el próximo lunes, 29 de abril.
La posibilidad de que el socialista renuncie al cargo abre un escenario político incierto con muchas incógnitas, pero que en su mayoría tienen respuesta en la Constitución y la ley electoral, como la elección de un nuevo jefe del Ejecutivo por el Congreso.
¿Qué sucede si Pedro Sánchez renuncia?
La Constitución Española, más precisamente el artículo 101, explica con claridad los pasos a seguir en caso de una renuncia o fallecimiento del jefe del Ejecutivo, así como si hubiera una pérdida de confianza parlamentaria, como podría ser una moción de censura.
En este caso, la dimisión del presidente conllevaría que todo el gabinete continuara en funciones hasta que se nombre un nuevo presidente del Gobierno. Ello significa que el Ejecutivo estaría limitado en sus atribuciones, sin capacidad para legislar, al igual que sucede después de unas elecciones generales y antes de elegir al nuevo Gobierno.
Así, sería el Congreso de los Diputados el encargado de elegir a un nuevo presidente en un procedimiento idéntico al de las investiduras que se celebran tras unas elecciones generales.
El importante rol del rey en la sucesión
El rey convocaría una ronda de consultas con los voceros de los partidos con representación en la cámara baja del Parlamento y, tras escuchar sus opiniones, designaría un candidato a presidente del Gobierno.
De darse la renuncia, el candidato designado por Felipe VI para suceder a Pedro Sánchez se sometería a un debate de investidura y posterior votación. Para obtener la confianza del Congreso y ser elegido presidente del Gobierno, debería recibir el apoyo de la mayoría absoluta de la cámara en una primera votación, más afirmativos que negativos en una segunda.
Si no lo consiguiera y, pasados dos meses, ningún candidato lograra la confianza de la cámara baja, el Parlamento (Congreso y Senado) sería disuelto de forma automática y se convocarían nuevas elecciones generales.
Otras posibilidades
En caso de no renunciar, cabe aclarar que Sánchez no podría convocar elecciones generales el lunes próximo, sino que debería esperar al menos hasta el próximo 31 de mayo para hacerlo, ya que la ley impide que el presidente disuelva el Parlamento antes de que pase un año de la anterior disolución.
Otra posibilidad es que no renuncie al cargo, pero decida presentar una cuestión de confianza para conseguir que el Congreso respalde su política. La misma se entenderá otorgada cuando vote a favor de ella la mayoría simple de los diputados.
Si no lograra ese apoyo, ocurriría igual que si hubiera renunciado, y se procedería a elegir un nuevo presidente del Gobierno.
