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lunes, 6 mayo , 2024

River sufrió la ley de ex menos pensada: festival de tapadas de Barovero y empate con Banfield en la previa del Superclásico

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El Millonario sigue invicto pero llega con dos partidos sin ganar al cruce con Boca. Banfield se puso en ventaja con un gol de Galván y Solari empató rápido. La gran figura fue Trapito que se llevó una ovación.

Una y otra vez a lo largo del partido contra Banfield los hinchas de River cantan “a Barovero no lo vamos a olvidar”. El Monumental mima al arquero que se hizo ídolo luego de aquel penal histórico que le contuvo a Gigliotti. Y Trapito levanta el brazo derecho en gesto de agradecimiento y también vuela de un lado a otro, saca una mano y otra, y después una pierna para ahogar varios goles del local. Solo no pudo contra un cabezazo letal de Pablo Solari cuando el duelo terminaba y así River rescató un empate 1-1 ante el duro elenco que comanda Julio César Falcioni. “El domingo cueste lo que cueste/el domingo tenemos que ganar”, despidió la gente a un equipo que dejó una pálida imagen, más allá de que mereció el triunfo.

Todo lo que iba a suceder en el duelo ante Banfield iba a ser mirado con los ojos puestos en el Superclásico contra Boca del próximo domingo en el Monumental. Optó por no tirar más de la cuerda el entrenador Martín Demichelis y puso de titular a Esequiel Barco, aquel que desafío su autoridad en Tucumán al no cederle la ejecución de un penal a Miguel Borja. Y justamente la ausencia del goleador colombiano era lo que tenía que suplir el DT, también con la cabeza proyectada en el siguiente fin de semana. La alternativa por la que se jugó Micho fue la del juvenil Franco Mastantuono para adelantar a Ignacio Fernández como acompañante del solitario y liviano Facundo Colidio. El resultado no fue positivo.

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Hay que darle mérito a Banfield, principalmente por lo que hizo en la etapa inicial. Falcioni es un técnico que puede dar cátedra en el mundo sobre cómo defender. Así, su Taladro fue compacto y se metió muy atrás a bordo de un 4-1-4-1. Salió de contra en un par de oportunidades, además. Pero no tiene jerarquía en sus intérpretes el elenco del Emperador. Una sentencia bajó desde la platea Belgrano. “Boca nos puede complicar si le dejamos estos espacios en las contras”, soltó el hincha con algo o bastante de sensatez.

River se paró con un 4-2-3-1, con Nacho flotando cerca de Colidio, ese delantero de clase mundial pero al que le gusta nada chocar contra los centrales. Se siente incómodo el ex Tigre anclado entre los zagueros: no se puede vestir de Borja.

La movida de Demichelis de sacar a Nacho Fernández del sector derecho, el sitio donde estaba volviendo a su nivel de años pasados, tampoco fue exitosa: le costó hacer pie ante tantas piernas rivales. Mastantuono alternó buenas y malas porque no pudo escapar a la dura marca de los visitantes. Entonces, solo Esequiel Barco con sus veloces gambetas generó algo de peligro. Un par de disparos suyos hicieron volar a Barovero, el ídolo que regresó de visita y fue la gran figura del encuentro.

El sector medio defensivo fue otro de los que quedó en deuda. Nicolás Fonseca, que tiene un gran pase largo, sigue sin adaptarse al físico fútbol argentino; se muestra endeble. Y Rodrigo Aliendro anda en búsqueda de su juego, ese que lo hizo indispensable meses atrás. Tal vez era momento de probar con más minutos al refuerzos Rodrigo Villagra. Siempre con el ojo puesto en Boca, se insiste.

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River hizo méritos para anotar al menos un tanto, pero Barovero estuvo en una de sus noches soñadas, de esas en las que en Núñez conocen de memoria. Trapito le negó el festejo a Mastantuono, a Fernández, a Ruberto y a Echeverri.

Los ingresos del Diablito y de Pablo Solari le dieron otra presencia ofensiva al local, aunque siguió sin jugar bien. Pero fue para adelante.

A falta de 4 minutos, Braian Galván aprovechó una mala entrega de Nacho Fernández y un hueco que dejó González Pirez y batió a Franco Armani, de floja respuesta. Daba el golpe Banfield y llenaba de dudas a River. Era demasiado premio para la visita, hay que decirlo.

Pero quedaría la última y por fin Solari pudo con Barovero para poner 1-1 y para rescatar a River de una dura caída. Justo cuando asoma Boca en el horizonte

CLARÍN

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