La Argentina se encuentra desde hace meses sumida en la incertidumbre económica. Incluso antes de los resultados electoral, y probablemente ahora con el nuevo rumbo más, las expectativas de empleo ya venían bajas. Y para el primer trimestre del año cayeron con fuerza. Tanto así que son las peores del mundo, según refleja la tradicional encuesta de la consultora ManpowerGroup.
Este informe, que refleja la diferencia entre las empresas que afirman que contratarán más personal y las que lo reducirán o mantendrán, arroja una expectativa de empleo de apenas +2%, la más baja en años, y que está en el fondo de la tabla del ranking mundial.
Más aún, está lejos del promedio global, de +26%, y particularmente muy rezagada de los países de la región, que por el contrario están con buenos números.
Por caso, en Latinoamérica, en países con economías grandes como la de la Argentina, está por encima como México (+34%), Brasil (+32%), o Colombia (+31%). De hecho, señalan desde la consultora, Latam es una región que está muy observada por el capital internacional para reamar procesos productivos, pero afirman que “la coyuntura se está comiendo la oportunidad de traer esas inversiones”. “Si cambian rápido las cuestiones macroeconómicas las expectativas podrían crecer rápido”, sostiene Luis Guastini, director general de ManpowerGroup.
La baja expectativa para el primer trimestre del año por venir cae 6% con respecto a la medicación anterior, que de todos modos era cerca de la mitad de como había arrancado el 2023.
“Las sensaciones son más o menos las mismas que ahora”, explica Guastini. Cabe aclara que la encuesta se realizó en octubre, cuando aún no estaba definido el cambio de rumbo en el país con Javier Milei como presidente. Para el especialista, se trata de “una caída, no dramática, de un número que ya venía”.
Donde se ven mayores debilidades es en las empresas de menor tamaño. En cuanto a los sectores, tecnología, servicios y energía, y las industrias son las que presentan mejores perspectivas. En cambio, en la otra punta se encuentran sanidad y ciencias, finanzas y real estate, y servicios de la comunicación. “Hay que ver cómo se reacomoda la industria en su conjunto, el proceso va a llevar tiempo”, opina Guastini.
