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sábado, 27 abril , 2024

La docente que hizo fácil la matemática y es furor entre los jóvenes

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Jubilada y con 75 años, la licenciada en Matemática María Inés Baragatti sigue dando clases gratuitas porque le apasiona y quiere ayudar a los chicos a comprender ese universo de los números que “hicieron difícil cuando es lo más fácil que existe, siempre y cuando se enseñe bien”. Tiene jóvenes que la idolatran en todo el país, aunque no quiere utilizar YouTube: “Yo no le doy clase a las paredes”, explica. Una referente con mayúsculas, a quien la Facultad de Ingeniería de la UNLP nombrará Profesora Honoraria «por su trayectoria y dedicación a la enseñanza». Su filosa crítica al sistema

“Tengo una amiga que se recibió de Trabajadora Social en la Universidad de La Plata y trabaja como perito en los juzgados. Ella, entre tantas otras cosas, tiene que presentar informes que el juez o jueza van a tener en cuenta para decidir si un chico puede o no seguir viviendo con sus padres. ¿Se entiende lo que digo? Ella no se puede equivocar. Allí está en juego la vida de un niño, una familia. ¡Eso es tremendamente difícil! Así que a mí no me vengan con que la matemática es difícil, ¡por favor!”.

Lo dijo, con la pasión que la caracteriza, María Inés Baragatti, licenciada en Matemática y docente que nació y vive en Bernal, partido de Quilmes, hace 75 años. Cuando la quisimos entrevistar, nos pidió que la llamáramos después de las 11,30 porque hasta esa hora tenía alumnos. Es que María Inés, ya jubilada, sigue dando clases…gratis.
¿Y eso? “Lo hago porque me gusta. Quiero ayudar a la mayor cantidad posible de chicos y chicas a entender la matemática. Me da bronca que le hayan hecho mala fama, que tantos jóvenes le tengan temor: cuando a la matemática se la entiende, es lo más fácil que hay. Y es maravillosa”, exclamó.

El día anterior a la entrevista, y no por primera vez, el anfiteatro del departamento de Electrotecnia de la Facultad de Ingeniería de La Plata quedó pequeño. Estudiantes sentados en las escaleras o parados en la parte alta del salón siguieron su clase magistral con un grado de concentración supino; parecían extasiados.

“Hay una nueva didáctica con la que no me voy a meter, pero cuando a mí me preguntan cómo se enseñan fracciones, la respuesta es muy simple: ¡cortando porciones de una torta o una pizza! ¡Como toda la vida! La matemática hay que enseñarla jugando con las cosas cotidianas”

Es que María Inés ha conseguido hacer fácil lo que parece tan difícil. Decenas y decenas de notas hemos escrito los periodistas tratando de averiguar porqué la mayoría de los jóvenes huyen de las carreras que en sus planes de estudios tienen ciencias exactas. Pero ella, quien ingresó a la Licenciatura en Matemática en 1966, dice todo con una simpleza que da gusto.
“No hay buena formación docente. Y a los chicos les hacen complejo lo simple. Yo tengo nietos en edad escolar, y un montón de veces veo que los problemas que les dan están mal planteados. Entonces, ya empezamos con el pie izquierdo”, afirmó, sin ocultar su fastidio por ese tipo de situaciones.

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“Complican las cosas. Y hay cuestiones básicas que no se enseñan. Nosotros manejábamos fracciones con los ojos cerrados ya en tercer grado de primaria. ¿Y ahora? Hay una nueva didáctica con la que no me voy a meter, pero cuando a mí me preguntan cómo se enseñan fracciones, la respuesta es muy simple: ¡cortando porciones de una torta o una pizza! ¡Como toda la vida!”, sentenció.

“Mire, yo a esta altura no voy a andar con vueltas: hay muchos cargos ocupados con una lógica política, con gente que no está preparada”
Y esa simpleza no empieza ni termina en el nivel primario, sino que llega hasta la educación superior. «(Una vez) estaba dando una clase en la facultad de Ingeniería y salió el tema de la unidad de medida. ‘¿Qué es para ustedes una unidad de medida? ¿Una regla? Puede ser. Y también esta tiza’, les dije, mostrándoles la que estaba utilizando. ¿Y sabe dónde aprendí eso? En la escuela primaria”, recordó.

¿Cuándo comenzó su afición por la matemática? Ex profesora en las facultades de Ciencias Exactas e Ingeniería de la UNLP y en la Universidad Nacional de Quilmes, donde organizó y coordinó el primer curso de ingreso que se dictó en esa unidad académica, allá por 1991, María Inés se montó en nuestra pregunta para llegar hasta su infancia. “Me gusta desde pequeña, y eso fue gracias a las brillantes maestras que tuve en la Escuela Primaria Nº 6 de Bernal”, puntualizó, para nombrar a “Lía Massone y Celia Susana Balcedo. Las dos eran de La Plata. Celia tenía un mechón de pelo blanco. Me acuerdo siempre de eso, porque en aquel tiempo no se usaba como ahora”, describió.

“Ellas, al igual que mi maestra de sexto grado, Hebe Angeletti, nos explicaban todo de una forma que era imposible no entender. Y como dije, cuando a la matemática la entendés, es lo más fácil que hay”, insistió.

Empezó el primer grado de primaria en 1955. “Mi madre había hecho la secundaria; mi padre no, pero era una persona muy culta. Ambos siempre nos inculcaron a mi hermana y a mí el saber, el aprender, no como algo terrible, sino como algo que hay que disfrutar”, remarcó, para comentar que a la Escuela 6 “le decían ‘la ratonera’, despectivamente. Lo cierto es que tenía maestras brillantes. Hace unos 40 años le hicieron un edificio nuevo, grande… Pero más de una vez pasé por la puerta y vi carteles con faltas de ortografía. ¡Por favor!”, volvió a exclamar María Inés, quien, por supuesto, entró para hacérselos notar.

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“Creo que muchos más chicos tendrían que estudiar matemática a nivel universitario (por la licenciatura). Eso te da otras herramientas. Hay un grave error en el sistema que hace que los jóvenes salgan de la escuela sin conocer todas las carreras”

María Inés, ¿no cree que debería hacerse un replanteo general para que los chicos y chicas salgan de la escuela con una buena formación en matemática y otras disciplinas básicas? ¿Qué ocurre que pasan los años y nada cambia sustancialmente?, le preguntamos. “Mire, yo a esta altura no voy a andar con vueltas: hay muchos cargos ocupados con una lógica política, con gente que no está preparada”, disparó.

A propósito de preparación y formación, contó cómo fue que eligió la Licenciatura en Matemática en lugar del profesorado, y cómo fue que cursó en dos colegios secundarios al mismo tiempo para aprender lo que necesitaba de cara a sus futuros estudios universitarios.

Cursar en dos colegios a la vez…por voluntad propia

“Mi hermana mayor, Alicia María, ingresó a la carrera de Ingeniería Electricista en la Universidad de La Plata en 1963. Entonces, prácticamente no había mujeres. Y ella me iba diciendo qué me convenía hacer a mí, que tenía tres años menos. Yo hice la secundaria en el Normal de Quilmes, del cual egresábamos como maestras. Así, cuando Alicia ya estaba en la facultad me dijo: ‘si vas a estudiar matemática tenés que cursar por lo menos los dos últimos años en un bachillerato para aprender trigonometría, porque en el Normal no vimos trigonometría’”. ¿Entonces? “Entonces me anoté en el bachillerato nocturno Martín Miguel de Güemes, y en 4º y 5º año cursé por la mañana en el Normal y por la noche en el bachillerato. Cuatro horas en uno y cuatro horas en otro todos los días, nada de jornadas reducidas”, aclaró.

“Siempre les digo a los alumnos que se hagan valer. ¡Que vuelvan locos a los profesores! Qué les digan ‘no entiendo’ todas las veces que haga falta. Que para eso estamos…”
“Luego me dijo ‘no hagas el profesorado, estudiá la licenciatura’. Menos mal. Es otra cosa. Ningún profesor del colegio secundario nos había hablado de la licenciatura. Y yo veo que a los chicos de hoy tampoco les dicen nada, no la conocen. Creo que muchos más tendrían que estudiar matemática a nivel universitario. Eso te da otras herramientas. Hay un grave error en el sistema, que hace que los chicos salgan de la escuela sin conocer todas las carreras”, subrayó María Inés.

Siempre estuvo afiliada a los gremios docentes, pero nunca hizo un paro. “Yo, desde ya, no entraba a la facultad, pero citaba a los chicos en la vereda y allí ganábamos el día. ¿Por qué? ¡Porque era docente y me correspondía estar! Por ejemplo, el día del censo, acá en casa di clases (gratuitas) como siempre. ¿Cómo vamos a parar todo por el censo? ¡Que lo hagan un domingo!”, exclamó.

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“Yo no le doy clases a una pared”
Un ex alumno suyo, hace unos años, grabó una de sus clases y la subió a YouTube. Pronto llegó al millón de reproducciones. Algunos la apodaron “la Adrián Paenza del conurbano”.

“Todavía doy clases porque me gusta enseñar, es algo que me apasiona y creo que puedo ser muy útil. Vos podés odiar la matemática, pero si yo te explico te voy a enganchar” (“María Inés Baragatti: La matemática es lo más fácil que existe” – UNQ)

Baragatti le dijo a 90 Líneas que “está muy bien la tecnología, pero yo no le puedo dar clases a una pared. Me ofrecieron grabarlas. No. Yo necesito interactuar con los alumnos. Verles las caras. Que me miren, me corrijan, me digan una y mil veces ‘no entiendo’. Siempre les digo que se hagan valer. ¡Que vuelvan locos a los profesores! ¡Qué les digan ‘no entiendo’ todas las veces que haga falta! Para eso estamos”, resaltó.

Un ex alumno de María Inés, hace unos años, grabó una de sus clases y la subió a YouTube. Pronto llegó al millón de reproducciones. Algunos la apodaron “la Adrián Paenza del conurbano” (crédito imagen: Facultad de Ingeniería – UNLP)
¿Cómo empezó a dar clases en su casa? “Empecé en 2014 con alumnos conocidos. Luego se hizo un boca a boca y ahora vienen muchos de La Plata, chicos que no conozco”, contó, para subrayar que ella está “a disposición de la escuela primaria, secundaria o facultad que quiera que vaya a dar una clase; en forma totalmente gratuita, por supuesto. Solamente quiero ayudar en todo lo que pueda”, remató. Y para demostrar que lo suyo no es discurso, dejó su mail: [email protected]. ¡A escribirle entonces!

«La matemática tiene mala fama, constituye la materia complicada de los secundarios y ‘el filtro’ en los ingresos universitarios. A veces pareciera que sólo los cerebros iluminados comprenden los números y sus disposiciones.

Esta es una hipótesis superficial, nada seria, pero forma parte del sentido común. ¿Qué sucede en realidad? Lo que ocurre es que ya no se enseña matemática (…) Son todas recetas y fórmulas que se olvidan al otro día de aprenderlas. Si pregunto por los conceptos, nadie sabe muy bien cómo se hace nada» («María Inés Baragatti: la matemática es lo más fácil que existe» – Web Universidad Nacional de Quilmes)

90 LÍNEAS

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