3.9 C
Río Grande
martes, 7 mayo , 2024

«No soy culpable del crimen del que se me acusa», dijo Amador al declarar ante los jueces

Lo Más Visto

La joven fueguina de 19 años fue degollada y apuñalada -23 veces- en el departamento que alquilaba en el barrio porteño de Balvanera en 2010. Su exnovio es el único imputado y habló en el juicio que comenzó este lunes.

Francisco Amador, el único imputado por el crimen de su pareja, la estudiante de periodismo Marianela Rago Zapata (19), quien fue hallada degollada y con 23 puñaladas en su departamento del barrio porteño de Balvanera en junio de 2010, aseguró este lunes en el inicio del juicio oral al que es sometido que es «inocente» y negó haberla golpeado durante la relación, aunque admitió haber mantenido un vínculo de «celos» con ella.

Amador (hoy de 36 años), expareja de la joven, llegó al debate oral imputado por el delito de homicidio simple y sin prisión preventiva, luego de ser sobreseído cinco veces en la etapa de instrucción entre el 2013 y 2018.

“Soy inocente, señores, no he cometido el crimen del que se me acusa. No soy culpable del crimen del que se me acusa”, afirmó al comenzar su exposición, en la que aceptó responder preguntas de las partes, ante los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29 porteño.

El hombre expuso durante más de dos horas cómo conoció a Marianela en la ciudad fueguina de Río Grande, cuando ambos vinieron a Buenos Aires para trabajar y estudiar y los motivos que llevaron a la separación de la pareja.

“La conocí en Río Grande, en el último año de secundario, en 2004. Ese año no hablamos mucho, nos reencontramos en 2008, cuando comenzamos formalmente a ser pareja”, señaló. Amador recordó que a principios del 2009 ambos se instalaron en Buenos Aires, donde Marianela comenzó sus estudios de periodismo mientras que él inició su carrera como en programación.

“Luego de un año y siete meses el vínculo se disolvió. Empezamos a tener diferencias y discusiones respecto a diferentes actitudes, usos y costumbres”, expresó el único imputado en la causa.

El hombre recordó que uno de los principales motivos por lo que se produjo la separación fue el “recelo que tenía a actividades cuando se juntaba con personas y celos a compañeros de la facultad” de la joven, y que la decisión “fue mutua”.

El imputado, que viajó especialmente desde la ciudad fueguina donde reside y que estuvo acompañado de su padre, se mostró sereno durante todo el interrogatorio.

En tanto, con relación al día en que fue hallada asesinada su expareja, el lunes 28 de junio de 2010 en su departamento del barrio porteño de Balvanera, Amador recordó que una amiga en común le contó preocupada que Marianela no respondía los llamados, y que él -aunque ya no eran pareja- intentó comunicarse por lo fue hasta el departamento tras no recibir respuesta.

  Viernes 6 de Noviembre se acreditan los Sueldos del Personal de la Administración Pública Provincial

“Estaba abajo de su edificio cuando llegó el hermano, Matías, que fue quien me dijo que estaba muerta y que la habían matado”, mencionó Amador.

Amador, que cuenta con la defensa técnica del abogado Luis Ricca, contó que el jueves anterior al crimen vio por última vez a su exnovia, con quien se juntó a cenar en su departamento, donde pasó la noche. “Nos reunimos, hice pollo a la mostaza, tomamos un rico vino y pasamos la noche juntos”, recordó.

El fiscal general Sandro Abraldes le pidió al imputado que relate lo que realizó durante la noche del sábado y madrugada del domingo previo al hallazgo del cuerpo de Marianela.

LAS CINCO EVIDENCIAS DEL CASO MARIANELA QUE PODRÍAN SER DEL ASESINO Y NUNCA FUERON IDENTIFICADAS
Al menos cinco evidencias del posible autor del crimen de Marianela Rago Zapata fueron halladas en la escena pero al ser comparadas con el imputado Francisco Amador y con otros sospechosos, siempre se obtuvo un resultado negativo.

La siguiente es la nómina de las evidencias a las que la Justicia nunca le pudo poner nombre y apellido:

1) ADN masculino en una colilla de cigarrillo: está identificada en la causa como «1C» y no coincide con el perfil genético de ninguno de los amigos de Marianela que estuvieron en la «previa» en su departamento.

2) ADN masculino en un porro de marihuana: fue levantado en el piso del departamento. Tenía un perfil mezcla femenino de Marianela y de un NN masculino. Los amigos que estuvieron en la casa aclararon que fumaron marihuana pero en una pipa de madera que quedó sobre la mesa del living porque no tenían papel para armar. Para los investigadores pudo haber sido compartido por la víctima y su asesino, antes del crimen.

3) Una huella dactilar en una lata de gaseosa «Paso de los Toros» sabor pomelo: los peritos encontraron en el departamento y la impronta dactilar no coincide con la de ninguno de los sospechosos ni las personas conocidas que estuvieron en la casa de Marianela. Los testigos también dijeron que nadie bebió esa lata de gaseosa durante la «previa».

  El rostro de la icónica enfermera pidiendo silencio es de una argentina

4) Una pisada de un zapato de trabajo: los físicos del Instituto Balseiro, de Bariloche, la descubrieron en un trozo de la alfombra del living en la escena del crimen. Se trata de una pisada de una suela antideslizante correspondiente a un calzado de trabajo o una bota de goma y de acuerdo a la pericia sería de cuando la sangre aún estaba fresca.

5) Una remera con manchas de sangre: es verde, talle XXL y marca Soho. El laboratorio no pudo obtener un perfil genético cotejable.

En tanto, otro misterio no develado es cómo llegó a un colectivo de la línea 132 el chip de uno de los celulares robados por el asesino a la víctima, línea que fue reactivada en otro celular, perteneciente a un empleado de limpieza que estuvo un días detenido hasta que dijo que lo había encontrado tirado en el piso de uno de los micros y recuperó la libertad.

Amador contó que salió con una joven a la que estaba conociendo y que cerca de las 6 de la mañana se fue a dormir solo a su departamento. Luego, por la tarde, vio junto a su hermana el partido entre la Selección argentina de fútbol frente a México en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.

Ante una pregunta del representante del Ministerio Público, Amador reconoció que antes de ser detenido como sospechoso del crimen, borró las fotos y bloqueó los mensajes en su Facebook.

“Un amigo de Marianela me había llenado la publicación de insultos. No quería que me dejaran mensajes, estaba de duelo. Me sentía descompuesto sin sentido, el Facebook era una forma de expresión en esa época”, se excusó Amador.

Luego, los abogados querellantes Esteban Galli y María de la Paz Herrera, como así también del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación, a cargo de Pablo Rovatti, iniciaron una ronda de preguntas para Amador.

Los letrados, en representación de Patricia Zapata, madre de Marianela, hicieron hincapié en los celos que sentía el acusado hacia su expareja, y recordaron una escena que le hizo en una de las discusiones que tuvieron.

“Tenía celos de un compañero de la facultad. En una de las peleas salió con un amigo y me presenté en el lugar donde fueron a cenar, quería corroborar con la persona con quien estaba. No le hice ninguna escena”, se defendió.

Patricia Zapata y Matías Rago, madre y hermano de Marianela, estuvieron presentes en la sede de los tribunales de la calle Paraguay al 1500 pero no pudieron presenciar la audiencia debido a que son testigos que declararán la próxima audiencia, pactada para el próximo lunes, cuando se reanude el debate.

  El Municipio de Rio Grande aportará Profesionales a la Fundación CONIN

Marianela tenía 19 años y fue hallada asesinada el 28 de junio de 2010, cuando su hermano Matías fue a ver qué pasaba en el departamento 7mo. «A» que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080, en Balvanera.

Es que el joven estaba preocupado porque el día anterior Marianela no había asistido a ver con amigos el partido en el que el seleccionado argentino le ganó al de México por 3 a 1, por los octavos de final del mundial de Sudáfrica 2010.

La estudiante yacía en el piso del living y, según la autopsia, murió degollada y quien la asesinó le aplicó además 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.

El asesino también se llevó un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.

Amador se transformó en sospechoso cuando el círculo de la víctima contó una serie de episodios de maltrato del pasado.

Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción Karina Zucconi sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.

Finalmente, en 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador en forma directa en base a una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.

Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana del 27, cuando regresó del boliche, pero una Junta Médica estableció como nuevo horario del crimen el lapso entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del 28.

Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador «reconoció que, antes de romper su relación amorosa, tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes», y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela «le contó que salía con otra persona».

TÉLAM

Noticias Recientes