El acceso a la vivienda se volvió un verdadero problema con las exigencias que demandan inmobiliarias y particulares. “Sin hijos, ni mascotas” es, apenas, una de las trabas para alquilar. Se estima que en el 80% de los casos son las mujeres quienes se ocupan de afrontar los abusos del mercado.
“Alquiler disponible. No se aceptan mascotas ni hijos”, dicen las tantas publicaciones de inmobiliarias y personas particulares que ofrecen una vivienda en una ciudad que demanda cada vez más. Acceder a una vivienda con servicios básicos es una necesidad y encontrar un espacio disponible es un tema realmente complejo.
A la problemática actual se le suma una economía inflacionaria y el dólar en alza que repercuten en los valores a la hora de alquilar una propiedad.
La demanda en Río Gallegos es superior a la oferta, que no sólo escasea, sino que impone requisitos que hacen que encontrar un lugar para vivir sea una verdadera odisea.
Quienes más “pelean” este frente son las mujeres, acorde la información recopilada por la Asociación de Inquilinos que arroja que representan el 80% del grupo poblacional, por lo que son quienes se ocupan de buscar un alquiler y son sometidas a este tipo de abusos.
Un alquiler de dos habitaciones hoy puede superar los 40 mil pesos ampliamente.
Por lo que una madre con hijos a cargo tiene un doble problema. Sucede que el mencionado requisito es ilegal.
“Es totalmente ilegal porque viola desde la Constitución Nacional hasta todo lo demás. No está regulado, pero directamente es explícito, es algo ridículo tener que regular algo así, no entra en ninguna cabeza que puedan prohibir alquilar con hijos”, sostuvo Matías Solano, de la Asociación de Inquilinos, a La Opinión Austral.
Por lo que la búsqueda de una vivienda es una tarea que se ha vuelto imposible, porque las familias no solamente deben encontrar algo que puedan pagar, sino que se deben garantizar otros aspectos: desde la ubicación de la vivienda hasta que permitan el acceso con hijos.
Las mascotas se suman en este “paquete” de requisitos que han hecho del problema un caos.
“Lo que hay es una ausencia del Estado en todos los aspectos del contrato de alquiler y una ley a la que han dejado sola y eso produjo que sigan los abusos, incluso que se incrementen en algunos aspectos, sobre todo cuando arranca el contrato, los precios son exorbitantes y eso pone el panorama cada vez más difícil”, explicó Solano.
Estos puntos, sumados a la oferta limitada de alquileres y a una importante demanda, más la situación económica, hacen un “combo” complejo.
Con el porcentaje de mujeres al frente, Solano detalló que en muchas oportunidades “tienen que inventar una pareja para que no les rechacen la intención de alquilar, entonces para esas mujeres con hijos es prácticamente imposible acceder, así terminan por inventar que tienen una pareja o ir con un amigo, es lamentable”, describió el referente de la asociación.
La ley actual, según Solano, “no tiene falencias, pero se quedó corta en algunas cosas que se podrían mejorar y profundizar la intervención del Estado, porque su cumplimiento quedó en la ciudadanía”.
“Yo recomiendo a quienes estén en esta situación que no digan si tienen hijos o no, es ridículo, nadie te puede decir que tenés que irte”, aseguró, además.
Para sumar: ¿el promedio de un alquiler de dos habitaciones para cuatro personas? Entre 35 y 40 mil pesos, pero dependiendo de la ubicación puede subir y superar los 60 mil pesos.
Fuente: La Opinión Austral
