La familia del joven convocó una manifestación, en la cual creció la tensión de manera desmesurada al provocar varios incidentes frente a la comisaría. Tras esto, la Policía salió a reprimir a los manifestantes.
Continúa el clima de violencia en la manifestación por lo ocurrido con Luciano Olivera, el joven de 16 años asesinado por la Policía. El adolescente, oriundo de la ciudad balnearia de Miramar, falleció producto de un disparo en el pecho efectuado por el oficial Maximiliano González cuando volvía de jugar a la pelota y se encontró con un control policial.
Tras lo sucedido, la familia del joven convocó esta tarde una manifestación, en la cual creció la tensión de manera desmesurada al provocar varios incidentes frente a la comisaría. Tras esto, la Policía salió a reprimir a los manifestantes.
Estos enfrentamientos tuvieron lugar en la comisaría ubicada sobre la avenida 23. Los participantes de la movilización estaban volviendo de la costa, cuando un grupo se desvió y comenzó a arrojar escombros y piedrazos al cordón de efectivos que se encontraban custodiando la entrada.
Algunas personas arrojaron bombas molotov. A su vez, la Policía respondió con una represión que se desencadenó en balas de goma y gases lacrimógenos.
La protesta comenzó en la plaza céntrica de Miramar (calles 21 y 26) media hora antes de las 17, horario convocado por la familia de Luciano. Los manifestantes estuvieron en el lugar con aplausos, insultos a los oficiales y pancartas que se podían leer lo siguiente: “Justicia por Luciano Olivera. Basta de gatillo fácil”.
Maximiliano González, el policía imputado por el crimen, fue trasladado a Mar del Plata y fue alojado en una sede de la Policía Federal. Este próximo sábado será trasladado a Tribunales para declarar ante la fiscal Ana María Caro por el delito de «homicidio agravado por ser funcionario policial». Mañana a partir de las 10 am, se hará la autopsia del cuerpo del Luciano y comenzarán las indagatorias.
Fuente: Diario 26
