Cinco personas fueron asesinadas en la última semana, en una ola de violencia que parece no tener fin. La disputa entre los Funes y los Caminos parece no tener fin.
La guerra narco en Rosario no cesa: cinco personas fueron asesinadas en la última semana, entre ellas un niño de 3 años.
Pablo Riquelme, de 27 años, y su hijo Jamil Riquelme, de tres años, fueron acribillados el miércoles a la noche en la puerta de la casa, ubicada en la calle Presidente Quintana y Crespo. El hombre recibió disparos en todos lados: tórax, brazos y piernas. El nene, en el pecho. Los atacantes se fueron en moto.
El lunes, Jonatan Funes, de 23 años, fue asesinado cuando volvía de visitar en la cárcel de Piñero a sus hermanos, Alan Funes, y Lautaro Funes. «Bam Bam» viajaba con su novia -que resultó ilesa- en su Audi cuando desde una Ford EcoSport le acertaron varios tiros.
Su novia, cuando se dirigía en un Peugeot 307 al funeral de «Bam Bam», fue acorralada por un Chevrolet Agile y uno de los ocupantes le advirtió: «¡Quedás viva para que cuentes lo que pasó!». Antes de irse, dispararon al aire para demostrar que hablaban en serio.
El sábado pasado, a Jorge Selerpe, de 55 años, lo mataron dentro de su propia casa ubicada en la calle Sarmiento. A la vuelta, Dante Gago, su amigo, también fue alcanzado por las balas de dos personas que huyeron en moto.
El «Negro», como era conocido en el submundo narco, fue detenido en 1995 por violar la ley de estupefacientes. Jorge era el tío de Jorgelina Selerpe, novia de Alan Funes, ambos arrestados el 23 de enero en Rosario.
La disputa entre los Funes y los Caminos parece no tener fin.
