Un informe del Banco Mundial da cuanta que el país del altiplano logró en los últimos años los mayores avances en la región para reducir la diferencia entre los que más y menos dinero ganan.
De acuerdo con el coeficiente Gini Laboral, la brecha de los salarios en 2003 era de 0,53 y ahora se ubica en 0,44 puntos. Cabe recordar que el coeficiente de Gini expresa un número entre 0 y 1, donde 0 corresponde al mejor indicador (en este caso la igualdad absoluta) y 1 el peor. Con esta reducción del 0,09 Bolivia se ubica como el país con mejor desempeño al respecto en toda América Latina.
Según el estudio este avance se debe principalmente a tres aspectos: el desarrollo educativo, el incremento real del salario mínimo nacional y una mayor formalización laboral.
Hasta 2005 -un año antes del triunfo de Evo Morales en las elecciones presidenciales- el salario mínimo nacional era de 440 pesos bolivianos, que equivalen a unos 57 dólares al cambio actual. En 2017 el ingreso mínimo que las y los bolivianos perciben por ley alcanza los dos mil pesos, es decir 287 dólares. Esto supone un incremento del 400% mientras que la inflación anual promedio durante esos años fue del 6%.
El ministro de Trabajo, Empleo y Previsión Social boliviano, Héctor Hinojosa, puntualizó que se estableció como política de Estado los aumentos salariales con “referencia a la inflación anual”. “En realidad el salario es un mecanismo que dinamiza la economía, es una parte fundamental del modelo porque el modelo se sostiene en el mercado interno y hay necesidad de darle dinamismo”, explicó.
Por otra parte, el funcionario destacó las políticas de reducción del desempleo que el gobierno pretende bajar al 3,5% antes de fin de año. “Cuando hemos arrancado el ‘Programa de Empleo’ teníamos una tasa de desempleo de 4,5%”, recordó. Pero aclaró que “con esta inyección que estamos haciendo, con estos cuatro o cinco meses de actividad, vamos a llegar al 3,5%, eso es lo que hemos calculado”.
Como señala el Banco Mundial, la formalización del trabajo -en una economía con una fuerte tradición cuentapropista- también ayudó a mejorar los indicadores salariales al igual que “la calidad educativa” la cual consideró “fundamental para crear capacidades que lleven a salarios más altos y medios de subsistencia sostenibles”.
Finalmente un crecimiento económico sostenido de un 4% promedio facilitó la distribución e implementación de políticas públicas progresivas. El viceministro boliviano de Presupuesto, Jaime Durán, aseguró que “espera continuar en esa dinámica para dignificar los ingresos de los trabajadores bolivianos”