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jueves, 28 marzo , 2024

Ella es la primera fonoaudióloga con hipoacusia de Latinoamérica

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Florencia Montoto Smayenka usa implante coclear y se dedica a ayudar en el proceso de aprendizaje a personas con problemas de audición. Una historia de vida que vale la pena conocer.

Habla, gesticula, es expresiva, le gusta estar comunicada. Florencia Montoto Smayenka, 37 años, está esperando su cuarto hijo, una niña muy deseada después de tres varones.

Hasta acá nada para sorprenderse. Sin embargo, las cosas no fueron tan simples para esta joven resiliente. Un resumen de su vida: nació con hipoacusia profunda bilateral y, hace un tiempo atrás, se conviritió en la primera fonoaudióloga de Latinoamérica y la tercera del mundo en terminar la carrera con esta condición física. Era una bebé muy despierta, nadie se dio cuenta de que su audición era deficiente. Fue su mamá quien advirtió que algo no andaba bien y consultó con un especialista. De inmediato, le diagnosticaron sordera y comenzó a usar audífonos. “Eran enormes e incómodos, como unas cajas llenas de cables, pero era la tecnología de esa época y que de algún modo me mantenía comunicada”, recuerda.

Los años de la escuela los vivió sin sobresaltos, siempre en instituciones convencionales y sentándose bien adelante, para preguntar cuando no entendía algo y ayundándose con la lectura de labios.
Después, estudió cinco años bioquímica y, en simultáneo, cursó la carrera de Farmacia en la Universidad, fue modelo de Pancho Dotto y hasta participó en programas de televisión. “Mis padres varias veces me ofrecieron colocarme implantes cocleares (un dispositivo médico electrónico que reemplaza la función del oído interno dañado. A diferencia de los audífonos, que amplifican los sonidos, los implantes hacen el trabajo de las partes dañadas del oído interno para enviar las señales sonoras al cerebro). Ya se conocía esta tecnología, pero yo me negaba a . Recién cuando quedé embarazada de mis primeros hijos, mellizos, a los 27 años, decidí hacerme esta operación, porque quería una mayor calidad de vida auditiva.

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Eso, asegura, fue algo maravilloso. «Comencé a descubrir sonidos que no sabía que existían, como la fricción que hace un trapo húmedo cuando lo pasás sobre la mesa o el susurro de la yerba al pegar contra la bombilla mientras preparás el mate”, recuerda todavía emocionada.
Nueva vida
Para tomar esta decisión, el apoyo de su familia fue fundamental. En este caso, fue especialmente Eloy, el marido y papá de sus hijos, quien animó a la joven fonoaudiologa a dar el gran paso. “Con Eloy nos conocimos en una fiesta en un club de Vicente López, por amigos en común. Vamos a cumplir 20 años juntos y siempre me acompañó de modo incondicional. También tiene problemas auditivos y usa audífonos, por eso siempre supimos que nuestros hijos podían tener alguna disminución auditiva”, agrega.

Los meses pasaron, Flor seguía con la rehabilitación para aprender a comunicarse con sus implantes y nacieron Milos y Mateo. “Tuvimos que repetir varias veces los estudios hasta que finalmente confimamos que los bebés eran hipoacúsicos. Después de mi experiencia maravillosa, no lo dudamos, les apenas cumplieron un año de vida», explica Florencia. A Mateo le realizaron el implante de forma bilateral en la misma cirugía y Milos usa el dispositivo de un solo oído.

Justamente y gracias a que actuaron con rapidez, hoy Milos y Mateo, que acaban de cumplir once años, cursan quinto grado en una escuela bilingüe y ya hablan tres idiomas: castellano, inglés y portugués. Son muy buenos deportistas y, como todos los hermanos, compiten por cuántas medallas ganó cada uno. “Es fundamental detectar la sordera de modo precoz, porque así los chicos pueden ser comenzar su rehabilitación y desarrollar una vida normal”, sintetiza.
Cadena positiva
Hoy, con su título de fonaudióloga estrenado, Flor está abocada a ayudar en el proceso de aprendizaje a escuchar y hablar a los nuevos usuarios de implante coclear y participa del programa “Embajadores Cochlear Latinoamérica”, que busca generar lazos, profundizar los beneficios de estar integrados al mundo del sonido y aunar voluntades para que más personas sean conscientes de la importancia de la detección precoz y tratamiento temprano de la hipoacusia.

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