Fue contra River en el Monumental. Jugó los primeros 45 minutos y fue reemplazado por Juan Román Riquelme.
«Aunque siempre digo que yo nunca me retiré, pienso que mi carrera no podía terminar mejor». La frase le pertenece a Diego Maradona. La escribió en su Facebook hace un año, cuando se cumplían 19 de su último partido. Fue en en el Monumental y contra River, su clásico rival. Fue victoria xeneize por 2-1 con goles de Toresani y Martín Palermo. Diego sólo pudo jugar 45 minutos. Su cuerpo le dijo basta.
Había sido una semana llena de dudas. Se acercaba el Superclásico y todavía no se sabía si Maradona podía jugar. El mundo del fútbol hablaba de su control antidóping positivo en el partido con Argentinos Juniors, el 29 de septiembre. Había sido suspendido provisoriamente por el Tribunal de Disciplina de la AFA pero el juez Claudio Bonadío dictó una medida de no innovar y por eso el Diez, si llegaba, podía jugar.
El martes 22 le confirmaron que el último control que se había hecho le había dado negativo. Por eso Diego apareció en el entrenamiento de Boca en Ezeiza la mañana del miércoles 23 de octubre y se puso a entrenar.
Y llegó el domingo. En el Monumental no cabía un alfiler. Más de 60 mil personas se habían congregado para ver el partido. Y casi sin querer, fueron testigos del último partido del mejor jugador de la historia del fútbol.
