Estudios científicos demostraron que la sangre de inmigrantes africanos está contaminada con vanadio, arsénico y aluminio.
Se considera una paradoja que uno de los continentes con menos acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación este tan contaminado por residuos tecnológicos, y es que el 80% de los residuos tecnológicos del primer mundo es enviado a África para abastecer al mercado de segunda mano y para el reciclaje ilegal.
En un estudio a 245 personas de los 16 países africanos, los cuales están entre los más pobres del mundo, de forma voluntaria decidieron acceder a realizarse un estudio de laboratorio para ver como esta situación afecta a su salud. Resulto que en el 100% de los sujetos se pudo detectar tres químico altamente tóxicos: vanadio, arsénico y aluminio y que otros metales, como el cromo, el mercurio y el plomo, podían encontrarse en más del 90% de los casos.