El niño que había entrado al quirófano para someterse a una operación de rutina falleció y la familia denuncia mala praxis.
En octubre de 2016, Matías Suarez, ingreso a un quirófano del Sanatorio San Lucas a someterse una simple cirugía de amígdalas, el pequeño se había hecho todos los controles pre-operatorio y la familia sostiene que era un niño muy sano. Por razones que se intentan establecer el niño falleció algunas dias de la después de la operación y tras diversas complicaciones. Expresó su madre: «Matías salió mal del quirófano. Me decía ‘¡Mamá, no puedo abrir los ojos!’
El niño empezó a sufrir hemorragias en su boca y su nariz luego de la operación y, finalmente, la tomografía se le realizó a las 6 de la mañana del día siguiente. El resultado fue desolador.
«Le detectaron que tenía un infarto en la mitad del cerebro, producto de un coágulo que no se sabía de dónde había salido», detalló Luna. Matías fue sometido a un coma farmacológico y desde entonces ya nunca más volvió a hablar.
El 25 de octubre la policía le informó a la familia que Matías había muerto, inmediatamente éstos iniciaron un juicio por mala praxis a los médicos a cargo de la operación, en los últimos días se realizó la segunda Junta médica para determinar las responsabilidades de los médicos en la muerte de Matías.
