Lo que se justifica en una decisión saludable, terminó en un conflicto que pone frente a frente a ambas provincias.
Si te gusta el café con leche bien dulce para mojar la medialuna o el criollito de grasa, en Córdoba capital es un poco más complicado unir esa fórmula mágica en un bar. Si te lo cuentan así, la medida parece de lo más antipática, pero tiene un justificativo saludable que puede hacer pensar lo contrario: una ordenanza prohíbe que haya sobrecitos de azúcar en las mesas, con la intención de incentivar el uso responsable de la misma.
Pero claro, el mayor problema no lo tiene la persona que tiene que pedirle al mozo que le acerque los sobrecitos. Quienes se siente perjudicados y pusieron el grito en el cielo son los productores azucareros de Tucumán, donde hay cinco mil productores y 15 ingenios, lo que genera 45 mil puestos de trabajo.
EL lobby dulce llegó a la política y ya intervino la Legislatura provincial y el propio gobernador tucumano, el ex ministro de salud kirchnerista Juan Manzur. Es más, los diputados se van a reunir este viernes para tratar exclusivamente una estrategia para reclamarle a la capital cordobesa que libere a los sobrecitos.
A los tucumanos, en definitiva, lo que más les preocupa no es que en los bares y restó cordobeses tengas que pedirle al mozo el azúcar, lo que imaginan es lo que se viene. “Esto empieza aquí y luego no sabremos dónde terminará. Por eso es la reacción”. Así de claro fue el vicegobernador Osvaldo Jano.
Por lo visto, esto recién empieza y el azúcar vuelve a abrir otra grieta en el país y van…
