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viernes, 19 abril , 2024

River-Atlético Tucumán: el equipo de Gallardo goleó, pero no pudo completar la remontada

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No había margen de error. La apuesta era a todo o nada. River debía desplegar todo su arsenal para exprimir al máximo sus virtudes, achicar al mínimo sus déficits y ser lo más contundente posible para soñar con la remontada. Lo hizo. Estuvo a tiro. Lo mereció. Pero no le alcanzó.

El 4-1 fue un resultado demasiado corto para el trámite del juego y Atlético Tucumán hizo valer el gol de visitante para llevarse la clasificación a las semifinales de la Copa de la Superliga, instancia donde lo espera Tigre.

Por fuera de los fríos números, el partido fue todo rojo y blanco. Avasallante. Arrollador. Demoledor. Intenso. Agresivo. Vehemente. Profundo. Aguerrido. Punzante. Decenas y decenas de adjetivos no alcanzarían para describir la actitud y el juego de un River que machacó desde el primer minuto a un Atlético Tucumán que se vio totalmente doblegado.

El primer tiempo fue digno de admiración. Los 16 remates (cuatro al arco, seis rechazados y seis fuera) y los 15 centros al área, con un 73,6% de posesión, explican el amplio poderío que tuvo. Jugó y no dejar jugar. Tan solo un contragolpe que no pudo capitalizar David Barbona -tapado por Franco Armani- puso en peligro real el cero del arco millonario, ya con el partido 1-0.

La noche tuvo de todo. Hubo un apoyo constante de un Monumental que sintió que la remontada era posible desde que el equipo salió a la cancha. Hubo más alcanzapelotas que lo habitual para evitar demoras en el juego e intentar cazar desprevenido al rival. Hubo conexiones precisas en los pies de Nacho Fernández y Enzo Pérez, desbordes constantes de Nicolás De La Cruz, proyecciones de los centrales y laterales, contragolpes en bloque a todo galope, potencia en Lucas Pratto y Matías Suárez. Un combo perfecto para intentar golpear lo más rápido posible a los tucumanos y buscar dejarlos sin reacción. Pero no le alcanzó.
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Mereció hacer al menos los tres goles para igualar la serie en el primer tiempo y consiguió tan solo dos: marcaron Nacho Fernández y Pratto. Y regresó con un baldazo de agua fría que le impidió festejar.

Tal como sucedió en el segundo gol del 3-0 de la ida, Atlético consiguió lastimar a través de la pelota parada: en el primer córner que tuvo a su favor, a los seis minutos del complemento, ganó Leandro Díaz en el primer palo y capitalizó Javier Toledo en el segundo. Misma fórmula. Mismo resultado. Y nuevamente las desatenciones defensivas le cuestan muy caro al Millonario.

Pero se recuperó. Consiguió a los cinco minutos el 3-1 a través de Matías Suárez y tuvo otras tantas oportunidades para ampliar el marcador, pero se encontró siempre con los palos o con un atento Cristian Lucchetti. Pese al 4-1 de Pratto en el cierre, la noche heroica no fue posible y la celebración partió de Núñez hacia Tucumán, con un Atlético que sigue escribiendo las páginas más doradas de su historia.

Se terminó la Copa de la Superliga para un River que ahora enfocará todos sus cañones en otro mata-mata que puede darle el décimo título de ciclo Gallardo y el duodécimo trofeo internacional: el 22 de mayo disputará en Curitiba la ida de la Recopa Sudamericana ante Atlético Paranaense y el 29 definirá en el Monumental. La revancha está a la vuelta de la esquina y su público lo sabe: el equipo se fue envuelto en una merecida ovación.

Nota: La Nación

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