El ex mandatario resiste desde el pasado jueves en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campos, en la región de Sao Paulo buscando retrasar una decisión judicial.
El plazo para que Lula da Silva se entregue a la justicia expiró. El ex mandatario de izquierda (2003-2010), se halla desde el pasado jueves en el Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campos, en la región de Sao Paulo.
Lula, de 72 años, fue condenado a doce años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, como propietario de un apartamento ofrecido por una constructora para obtener contratos en Petrobras.
Estaremos aquí el tiempo que haga falta. Hay gente decidida a todo», dijo Luciano Oliveira, de 24 años, uno de sus simpatizantes presentes en el lugar.
«Estamos aquí para resistir hasta el fin. Lula no será encarcelado”, aseguró otro.
El expresidente ya estuvo 31 días detenido en 1980, cuando dirigía las grandes huelgas obreras contra la dictadura militar (1964-1985).
En tanto, otros manifestantes se mostraban más prudentes: «Lula tendrá que resistir, pero en algún momento tendrá que entregarse. Los militantes aceptaremos cualquier decisión que él tome», afirmó Michelle Baza, una farmacéutica de 37 años, militante del PT.
¿Candidato entre rejas?
Paradójicamente, la ley brasileña permitiría que Lula hiciera precampaña desde la cárcel, ya que su postulación solo podría ser invalidada en agosto por la justicia electoral, que impide participar en comicios a personas condenadas en segunda instancia, como es su caso desde enero.
El PT podría verse forzado a cambiar de candidato a último momento. En ese caso, quedaría por ver cuál es su capacidad de transferir votos a otros candidatos de izquierda, para unas elecciones que se anuncian como las más inciertas desde la restauración de la democracia en 1985.
