«Nuestra lucha no terminó», advirtió la esposa de Fernando Carrera. Guadalupe Maidana pidió que «se busque a los culpables» y que haya «justicia por la memoria de las víctimas».
Luego de estar siete años y cuatro meses preso y de una extensa batalla judicial de 11 años, con condenas de 30 y 15 años, Fernando Carrera, protagonista de la masacre de Pompeya en la que se basa el documental El Rati Horror Show, fue declarado inocente por la Corte Suprema de la Nación.
«Sabíamos ayer por nuestro abogado que hoy resolvía la Corte. Después de estar tan golpeados, tantos años, tantos jueces, fiscales que pasaron, no sabíamos qué iba a pasar y todavía no lo podemos creer y estamos muy agradecidos con toda la gente que nos acompañó y nos ayudó en este largo camino. Hoy realmente Fernando está en libertad», expresó Guadalupe Maidana, esposa de Carrera.
Sin embargo, la mujer se solidarizó con los familiares de las dos mujeres y el niño que murieron producto del impacto provocado por el auto que manejaba Fernando: «También son víctimas, yo estaría muy enojada y me gustaría que la Justicia haga justicia por la memoria de esas víctimas y se busque a los culpables, porque los hubo, pero tendrá que determinarlo la Justicia y será un trabajo a seguir. Se terminó con la libertad de Fernando pero esto sigue, hubo una tragedia con muertes y se tiene que seguir trabajando».
Luego, al recordar los primeros momentos del episodio, Guadalupe advirtió: «Ahí arrancó nuestra lucha que todavía no terminó. Inmensa alegría lo de Fernando, pero esa familia también merece justicia y que se culpe a los culpables, que paguen por lo que hicieron. No se sabe nada de los responsables de ese robo».
«Fernando iba a cobrar un alquiler que nosotros teníamos de una casa en Luján. Fue un día de mucho calor, nuestros hijos eran muy chiquitos. Yo me enteré por la tele porque reconocí el auto y acudí al (hospital) Penna que me dijeron que estaban los heridos. Lo derivaron al Rivadavia, no lo pude ver, lo vi recién a los 15 días cuando lo pasaron a la cárcel de Devoto.
Solo sabía lo que decía la gente, que era un hijo de puta, que lo maten», contó sobre ese día en diálogo con el programa El Exprimidor que conduce Ari Paluch por radio Latina.
Sobre su presente, detalló que se mudaron de Buenos Aires: «Sufrimos un atentado en casa. Ahora Fer está trabajando, mis hijos estudiando, estamos tratando de continuar con nuestra familia. Queríamos estar tranquilos y resguardados. Nos quisieron prender fuego la casa y tenemos hijos. No se sabe quién fue, no tuvimos la notificación del juzgado. En ese momento escribieron a Nilda Garré pero nunca supimos de dónde vino».
También tuvo palabras de agradecimiento para Enrique Piñeyro, el cineasta que filmó el documental: «Él sabe que estamos inmensamente agradecidos con él, fue una de las llaves que abrió la puerta de la libertad de Fernando. No tenemos palabras de agradecimiento, no hay nada para agradecer todo lo que hace e hizo».
